Manchester / AFP. Manchester United derrotó 1-0 al FC Barcelona, ayer en partido de semifinales de vuelta de la Liga de Campeones disputado en Old Trafford, y jugará la final ante un rival inglés, Chelsea o Liverpool.

El otro finalista saldrá del encuentro que disputan hoy estos dos equipos en Stamford Bridge (ida: 1-1). La final del 21 de mayo en el estadio Loujniki de Moscú será la primera de la historia entre dos ingleses.

El encuentro en la “catedral” de Old Trafford fue muy dinámico y emotivo, pero los anfitriones jugaron de una manera más ordenada y agresiva en la primera parte, sobre todo, mientras que el equipo catalán, que no desentonó pero no tuvo pegada, se mostró menos preciso e individualista en su juego.

De esta manera, no extrañó que el equipo local lograra el único gol de manera tempranera. En el minuto 14 del primer tiempo, tras frustrar un ataque en profundidad del portugués Cristiano Ronaldo para los “Red Devils”, el defensa “blaugrana” Zambrotta despejó mal el balón, y Paul Scholes, que se acercaba a la carrera sacó un impresionante disparo de derecha desde unos 25 metros, clavándolo en el ángulo izquierdo del guardameta Víctor Valdés, cuya estirada fue por completo inútil.

“¡Fantástico! ¡Maravilloso! Este público...Este club merecía volver a jugar la final. Scholes es uno de los más grandes jugadores. Salió de la cantera de este club. Estoy muy contento por él”, dijo emocionado el entrenador del Manchester, Alex Ferguson.

Por su parte, el técnico catalán Frank Rijkaard señaló que “hicimos todo para marcar. Fue un partido equilibrado. Es más, diría que nosotros creamos más juego... Es un momento difícil, duro de digerir, una derrota difícil de asumir. La Liga de Campeones se terminó para nosotros”.