Buenos Aires / AP. Ataque sólido y defensa endeble. Esos son los puntos en común que tienen Boca Juniors y Cruzeiro, rivales hoy en el duelo de ida por los octavos de final de la Copa Libertadores.

Están dadas todas las condiciones para que haya goles en ese partido, el único de los ocho de esta nueva etapa en el que chocan un equipo de Argentina con uno de Brasil, eternos rivales y dominadores del Cono Sur.

Como campeón de la Libertadores, Boca no puede ir titubeante: necesita ganar y golear para ir tranquilo al choque de vuelta.

“Vamos a salir a ganar el partido, como siempre, y también a tratar de meter la mayor cantidad de goles (...) tendremos que estar muy atentos atrás, pero estoy convencido de que vamos a pasar de ronda, dijo el técnico de Boca Carlos Ischia.

Ischia puso las cartas sobre la mesa ya que además anunció que su argumento ofensivo será el de siempre: Rodrigo Palacio y Martín Palermo de punta, y Juan Román Riquelme un poco más atrás, cerca de Jesús Dátolo.

Cruzeiro dio muestras de no replegarse ante equipos osados porque cuenta con poder de fuego en sus respuestas, con Ramires y el boliviano Marcelo Martins Moreno. Ambos metieron 13 de los 17 goles del equipo, incluidos los seis a Cerro Porteño de Paraguay en la fase preliminar.

Ramires convirtió cinco y Martins Moreno ocho, con lo cual es el máximo cañonero de la Libertadores. Pero en la retaguardia, Cruzeiro es un flan: recibió 10 goles en ocho encuentros, la mitad de los cuales se los encajó Real Potosí en el 5-1 el 16 de abril en Bolivia.