Édgar Chinchilla, corresponsal y Rodolfo Martin
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San Carlos, Alajuela. - Un vehemente reclamo de justicia lanzaron ayer familiares de Maricruz Díaz Hurtado y Rónald Araya Valverde, de 43 y 49 años, en su orden, asesinados la noche del domingo por un chofer borracho y sin licencia de conducir, cuando volvían a sus casas tras un largo día de trabajo.

La exigencia la hicieron al final de la misa celebrada en el templo de Pital, previo a las honras fúnebres llevadas a cabo en el cementerio de Cuatro Esquinas.

Ese sentimiento también fue secundado por el presbítero Mario Echeverría, quien ofició el servicio religioso.

“Habrá justicia Divina, pero también la debe haber terrenal para que este caso no quede impune”, puntualizó.

La reacción de los parientes se produjo al saber que el sospechoso, de apellido Zúñiga, estaba libre después de pagar una fianza de ¢20 mil. Al parecer, la Policía aún no tiene un testigo que lo haya visto al frente del volante.

El OIJ de San Carlos designó a cuatro agentes para que investiguen el caso. Tomaron muestras de sangre halladas en las bolsas de aire del vehículo del atropello para compararlas con las tomadas al sospechoso.