Rodolfo Martín y Erick Carvajal
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El Ministerio Público pidió ayer, de manera expresa, un careo entre un testigo y un policía para determinar quién dice la verdad en el juicio que ventila el caso Caja-Fischel.
En esta causa hay siete personas imputadas, entre ellas el expresidente de la República Rafael Ángel Calderón Fournier.
La Fiscalía acusó por la presunta repartición de $8,3 millones en comisiones ilegales.
La solicitud del fiscal Juan Carlos Carrillo fue secundada por el Procurador Penal Rónald Víquez y José Miguel Barquero, representante de la Caja.
El careo, de ser aceptado, será entre el doctor Mario Arias Murillo y un oficial del OIJ.
Para Carrillo, Víquez y Barquero, la declaración que Arias dio ayer fue, al parecer, totalmente contraria a la ofrecida en la investigación.
En la primera, supuestamente, habría emitido criterios negativos sobre el equipo médico recibido en el hospital San Juan de Dios por el crédito finlandés.
El ambiente comenzó a caldearse cuando Barquero quiso interrogar al doctor Arias y el Tribunal le objetó algunas preguntas para “proteger” al médico en virtud de que enfrenta un proceso administrativo en la CCSS.
En la polémica, además de Barquero, participaron los defensores Juan Marcos Rivero, José Miguel Villalobos, Edgardo García, el procurador Víquez y el fiscal Carrillo.
Ayer también declaró el doctor Víctor Julio Guillén también del hospital San Juan de Dios.
Sostuvo que recibieron un equipo que nos les servía.
