Devastada madre de adolescente asesinada en Limón

¿Por qué me la mataron, por qué le hicieron daño?

OIJ inicia investigaciones y por el momento carece de pistas y de sospechosos

Limón - A punto del colapso, con el corazón hecho añicos, en otras palabras... totalmente devastada, María de Los Ángeles Jiménez Monge intentaba ayer, a cada instante, explicarse el por qué había sido asesinada con tanta brutalidad la tercera de sus nueve hijos, Yuleisi de Los Ángeles Vallejos Jiménez, una joven de 14 años que tenía pendiente un examen de matemáticas para pasar a III año en el Colegio Vocacional.

“¿Porqué me la mataron, por qué me le hicieron tanto daño?” , se preguntaba una y otra vez la destrozada madre mientras permanecía refugiada en un rincón del centro comunal de Moín, donde es vecina la numerosa familia.

Agentes de la delegación del OIJ intensificaban ayer las pesquisas con la idea de obtener alguna pista que los llevara a un pronto esclarecimiento, pero carecían de indicios y de sospechosos, pese a que ya sumaban muchas horas de arduo trabajo.

“Solo quiero que me la traigan (a la hija, de la morgue) para abrazarla por última vez. Usted no puede imaginarse lo orgullosa que estaba de ella”, dijo la madre con el rostro bañado en lágrimas.

Yuleisi, recordó ayer doña María de Los Ángeles, había salido el viernes muy temprano a Limón para hacer dos mandados: llevar a reparar unos zapatos de su padrastro José Luis Zúñiga Ruiz y comprar unas gotas óticas para el hijo de su hermana Socorro Torres. La adolescente cumplió con lo solicitado y, alrededor de las 11 a.m. la observaron cuando abordaba el autobús de regreso a Moín, solo que agarrada de la mano de un joven, recordó su madre y un yerno.

La jovencita, en vez de bajarse frente a su casa, siguió derecho hacia la barriada de Villa del Mar I. Yuleisi entregó el medicamento y a su vez recibió de Socorro una bolsa con un pantalón y una camisa mojada para que María de Los Ángeles le ayudara a secarla.

Inmediatamente, inició el camino a la casa por la línea del tren. Alrededor de las 2 p.m., la madre preocupada porque no llegaba, envió a sus hijos Leonardo y Marlon a donde Socorro para preguntar por la joven y, cuál fue la sorpresa cuando les dijo que había salido hacía mucho rato.

Ahora, la desesperación fue indescriptible. Alrededor de las 5 p.m. cuando el padrastro regresó del trabajo fue enterado de lo que pasaba. Él y otro yerno de doña María de Los Ángeles, salieron a indagar. Fue minutos después que encontraron tirada la sombrilla de Yuleisi, a un lado de la línea del tren.

Adentro, a cuatro metros estaba el cuerpo semidesnudo y con dos heridas, una en el cuello y la otra en el abdomen.