Lisboa/Londres/DPA.- Catorce meses después de la misteriosa desaparición de la niña británica Madeleine McCann en el sur de Portugal, la policía lusa decidió archivar el caso al no haber encontrado pruebas contra ninguno de los sospechosos, entre ellos los propios padres de la menor, informa hoy la prensa.

Según el diario "Correio da ManhÆ", las investigaciones ya concluyeron, dado que la policía judicial portuguesa carece de evidencias suficientes para acusar a los McCann de la desaparición de su hija, que se produjo el 3 de mayo del 2007 en un complejo turístico de Praia da Luz, en la costa del Algarve, cuando la pequeña estaba a punto de cumplir cuatro años.

Los investigadores tampoco lograron determinar si se trató de un secuestro, como sostienen los padres de la niña, o de un homicidio.

También la emisora británica BBC informó que el caso fue finalmente archivado y que sólo será reabierto si surgen nuevas pruebas, mientras que el periódico "Jornal de Notícias" señaló que, si bien "la policía no ha encontrado a los culpables" y tampoco puede aportar evidencias, las investigaciones no concluirán hasta dentro de unos días.

Inicialmente, la policía portuguesa pensó que Madeleine fue secuestrada, quizás por alguna red de pederastas o traficantes de niños. Pero en el transcurso de las investigaciones surgió la hipótesis de que la pequeña, que hoy tendría cinco años, murió de forma accidental y que sus padres, ambos médicos, se deshicieron del cadáver para no tener problemas con la justicia.

Clarence Mitchell, el portavoz de los McCann, declaró a la BBC que los padres no tienen constancia de que el caso haya sido archivado, pero manifestó que de ser así, las autoridades lusas deberían dejar de considerarlos oficialmente como sospechosos.

"Si las noticias son ciertas, bienvenidas sean. Indudablemente, Kate y Gerry McCann son inocentes. Nunca han tenido nada que ver con la desaparición de Madeleine. Ya han sufrido demasiado en todo este proceso", dijo Mitchell.

Asimismo, exigió que las autoridades lusas levanten el secreto de sumario en torno a este caso, para que los padres puedan tener acceso a los datos recopilados durante la investigación y profundizar así en las pesquisas que llevan por su cuenta y para las cuales contrataron en su día a una agencia de detectives española.

También el tercer sospechoso, un británico llamado Robert Murat que vive con su madre junto al resort donde desapareció "Maddie", insistió en su inocencia. Su abogado, Francisco Pagarete, declaró que los cargos contra su cliente deben ser retirados.

La noche que "Maddie" desapareció, la niña se encontraba durmiendo con sus hermanos pequeños en una habitación del complejo turístico donde la familia pasada sus vacaciones, mientras sus padres cenaban con unos amigos a unos 100 metros de distancia en un restaurante del mismo recinto.