Colombia / AP.- El plan era audaz: un desertor convence a los insurgentes de la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), de llevarlo junto a sus rehenes más preciados y trasladarlos unos 145 kilómetros por la selva hasta un claro, para un encuentro con el Secretariado de la guerrilla.

Su éxito se basó, señalaron sus organizadores, en un rompimiento casi total en las comunicaciones entre los aislados celadores guerrilleros de los rehenes y sus comandantes, y fue el resultado de años de cooperación entre los ejércitos de Colombia y EE. UU.

El rescate, preparado por expertos, comenzó a gestarse con la escapatoria el año pasado de un colombiano que pasó algún tiempo en cautiverio junto con los tres estadounidenses y Betancourt.

El general Freddy Padilla, jefe de las fuerzas armadas de Colombia, indicó que el prófugo de las FARC estuvo de acuerdo con encabezar la operación. Este gozaba de la confianza del Secretariado y del liderazgo del Primer Frente, a cargo de los rehenes.

El desertor resultó ser clave. Convenció a Gerardo Aguilar, alias “César”, el comandante del Primer Frente, de que el Secretariado deseaba que los 15 cautivos fueran desplazados a un punto de encuentro, señaló el general.

Este desertor estaba enojado con las FARC porque su propio comandante le había arrebatado una casa y una granja que le habían pertenecido.

El lunes, el presidente Álvaro Uribe dio luz verde para la operación, dijo Padilla. El martes, dos helicópteros Mi-17, de fabricación rusa, despegaron de una base militar en un valle montañoso de los Andes y se encaminaron a una noche llena de nerviosismo en un claro de la selva.

A bordo viajaban cuatro miembros de la Fuerza Aérea disfrazados de civiles, siete agentes de la Inteligencia Militar y el desertor guerrillero.

Dos de los elementos se disfrazaron de rebeldes y los otros vestían de blanco, como si representaran algún tipo de misión humanitaria. Todos ellos estuvieron una semana y media tomando clases de actuación, indicó Padilla.

Poco después del mediodía del miércoles, el helicóptero aterrizó en el sitio convenido. Uno de los elementos, que se hizo pasar por camarógrafo, tomó un video en momentos en que los guerrilleros en tierra ataban las manos de los rehenes de acuerdo con las instrucciones de la tripulación. Atar a los cautivos era parte del plan.

Una vez en el aire, fueron “César” y un asistente quienes fueron dominados. No hubo necesidad del Plan B: desplegar 39 helicópteros y 2.000 soldados para rodear a los rebeldes que tenían a los rehenes y tratar de persuadirlos de entregarlos pacíficamente.

El desertor ahora se encuentra libre y seguramente recibirá una suma considerable de cerca de $100 millones que el Gobierno había ofrecido como recompensa.

Hablan de pago por rehenes

DPA.- Los gobiernos de Francia, Estados Unidos y Colombia negaron ayer haber pagado a la guerrilla de las FARC por la liberación de los 15 secuestrados.

Según la emisora suiza “Suisse Romande”, estos dos últimos países pagaron hasta $20 millones a los rebeldes, a cambio de los rehenes.

Por su parte, el ministerio francés de Relaciones Exteriores aclaró que París tampoco hizo desembolsos.

De hecho, una de las exrehenes, Ingrid Betancourt, afirmó en Francia que no cree que su liberación se haya pagado. “Lo que viví no puede haber sido una escenificación”, comentó.

Según la excandidata a la presidencia de Colombia, liberada el miércoles anterior, los militares que se hicieron pasar por miembros de una organización humanitaria, estaban muy tensos. Y el comandante de las Fuerzas Militares de Colombia, Freddy Padilla, expresó que la versión que salió de la emisora es la de los rebeldes y la calificó de “pataleta de ahogado”.

En Colombia, el embajador de Estados Unidos, William Brownfield, desmintió que su gobierno haya pagado dinero a los rebeldes.