Erick Carvajal M.
Colaboró: Róger Amoretty
ecarvajal@aldia.co.cr
El calorcito se empieza a sentir bajando el Aguacate y cuando uno llega a Orotina, ya se siente en la playa. A estas alturas, ya llevamos la pantaloneta puesta, unas chancletas y bronceador hasta por detrás de las orejas.
¡Estamos de vacaciones! Es viernes y al igual que nosotros, miles de personas en todo el país están, en este momento, metidas en el mar, en una piscina o disfrutando de la paz de las montañas.
Jacó es nuestro destino. ¿Qué les puedo decir? Está a dos horas de San José y hay de todo: bancos, farmacias, supermercados, cabinas, hoteles, comidas rápidas y bares. Es como estar en la capital, pero con arena, calor y olas.
La ansiedad por estar en el mar no se me ha quitado nunca.
Esa enorme mancha azul es como un gran imán. Necesito sentirlo, estar dentro y que las olas me arrastren y quedar lleno de arena, como un niño.
Por fin. Estamos cerca. Antes me daba cuenta de eso porque podía ver el mar, ahora el punto de referencia son las grandes torres de condominios. Jacó no es lo mismo.
Tablas y castillos
Larry Mayorga, Guiselle Zúñiga, y su hijo Daniel, de 6 años, son estudiantes. El primero de ingeniería en sistemas, ella de administración de empresas y el pequeño hace sus primeros dibujos en el kinder. Son de Guadalupe.
Me llevan un día de ventaja. Ellos llegaron el jueves y yo apenas estoy empezando a disfrutar el viernes al mediodía.
“Nos quedaron estos días y nos vinimos a la playa, para regresar luego a las aulas”, dijo Mayorga, mientras su esposa vigilaba a Daniel, quien disfrutaba del mar.
Si en algo se parecen ellos a la familia de Jorge Rodríguez, de San Carlos, es que ambos piensan que Jacó es el mejor sitio porque está muy cerca de San José.
“Hay muchas opciones de precios”, me dijo Rodríguez, muy convencido. “Está cerca y hay mucho donde escoger”.
Él se encontraba con su amigo, Roy Vargas, también sancarleño, haciendo castillos de arena.
Y como Rodríguez cultiva la piña, pues encima del castillo había hojas de piña. “Es el producto líder”, expresó.
Rodríguez y Vargas lo que más disfrutan es la tranquilidad de la playa y ver cómo los niños juegan en el mar.
“En la vida no todo es trabajar, hay que sacar tiempo para disfrutar”, dijo Vargas.
¿Y saben qué? Tiene toda la razón. Se la estaban pasando de lo lindo y con seguridad, pues el hijo de Vargas tenía puesto un chaleco salvavidas. “Hay que cuidar las cosas que uno más quiere”, dijo.
¡Qué rica carne!
Ricardo Elizondo y Cristhoper Vargas, vecinos de Santa Ana, tenían la parrilla bien prendida. ¡Qué rico olor el que nos llega!
Encima de ella, unos deliciosos pedazos de carne asada.
Siempre vienen a Jacó en una microbús con un grupo de amigos y echan de todo.
“No piense que le vamos a dar una”, me dijeron.
Tenía la boca hecha agua y pensaba en ese momento que ellos si saben pasársela bien.
“Venimos todos los años porque es muy cerca”, dijo Elizondo.
No quiero irme
Después de este panorama, tener que montarme al carro e irme, es lo más cruel del mundo.
Mientras el sol se sumergía en el Pacífico y decenas de personas estaban sentadas observando el atardecer, yo venía de vuelta a San José, por el Aguacate y en medio de un aguacero.
No olvide
Estas son algunas recomendaciones que da la Cruz Roja :
No ingrese bruscamente al agua en lugares que no conoce. Antes de meterse, pregunte a los lugareños cuál es el sitio más seguro para bañarse.
Si sus hijos se están bañando en el mar, esté siempre cerca de ellos. Si son varios niños, pida la ayuda de otra persona. Usted no va poder con todos en una emergencia.
Al caminar por la playa, verifique que no haya residuos de latas, vidrios y otros objetos con punta que le puedan provocar heridas.
No se bañe en estado de ebriedad o después de haber consumido algún tipo de drogas o medicamentos que afecten sus sentidos.
Cuando ingrese al agua, asegúrese de que sea un lugar concurrido para que, en caso de un accidente, pueda ser visto y ayudado.
Verifique siempre a su llegada el lugar de vacaciones, la posición exacta donde se encuentran los salvavidas y los puestos de atención prehospitalaria más cercanos.
Cuando observe a un salvavidas haciendo un rescate acuático, no colabore con él hasta que se lo pida, ya que puede convertirse en otra víctima más y poner en riesgo la vida de otras personas.
No se exponga largas horas al sol.
Del frío al calor
Ignacio Trejos aprovechó las vacaciones de sus hijos para ir a Jacó y disfrutar de estos días.
Vecino de Cartago, siempre viene aquí porque es un sitio que le ofrece todas las comodidades, la principal, es que está muy cerca.
“A tan solo dos horas, ya uno está en la playa”, comentó mientras estaba sentado en una silla playera.
Se dedica a vender pinturas. Así que no piensa quedarse mucho. Serán un par de días y regresará a Cartago.
“No puedo dejar solo el negocio mucho tiempo. Cuando se tiene un negocio propio es difícil tomar vacaciones”, expresó.
Agregó que todo está muy seguro y tranquilo.
“Nunca he tenido una mala experiencia en Jacó. Siempre me ha ido muy bien y este año no es la excepción. Hay muchos policías”, manifestó Trejos.
Sacaron 18 del agua
Rigoberto Villalobos y Erick Duarte son dos salvavidas de Jacó que ofrecen consejos y ayudan a los bañistas en esa popular playa.
El fin de semana pasado, tuvieron que sacar del agua a unas 18 personas, que estaban en problemas.
Villalobos explicó que ellos hacen una labor de rescate y prevención. Por ejemplo, cuando ven a un grupo de niños solos, los llaman y buscan a los padres para decirles que los vigilen.
Otro consejo que le dan a la gente es que no ingresen al mar cuando han ingerido licor. “Ese es el principal problema. La mayoría de las personas que sacamos del agua están bajo los efectos del alcohol”, comentó Villalobos, quien tiene 16 años de ser salvavidas. Están todos los días, de lunes a domingo, y con gusto le darán recomendaciones.
La mágica playa Bonita
Playa Bonita, en Limón, tiene un nombre que le va como anillo al dedo. Es bonita y además, un imán para muchas personas que aprovechan las vacaciones de medio año para relajarse.
Jorge Rodríguez, vecino de Cartago, estaba el viernes pasado con su familia. Disfrutó tanto que hasta enterró a una de sus hijas en la arena.
“Nos venimos a disfrutar de estas playas. Son muy lindas. Siempre buscamos sitios seguros y nos gusta mucho Limón”, relató.
Esta familia cartaginesa está en la zona desde el lunes pasado. Ese día alistaron sus cosas y salieron muy temprano rumbo al Caribe.
Siempre lo hacen con mucha seguridad, pues saben que las carreteras son peligrosas. “Venimos despacio. Esa calle es peligrosa”, comentó.
Playa Bonita es una de los sitios que más visitan los turistas en Limón.
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