Isaac Lobo

Sus ojos tienen el poder de hipnotizar y de paso le dan una fuerza sensual que puede derribar a cualquiera, sobre todo cuando arquea la ceja izquierda y levanta su labio superior.

Johanna Ramírez fue una de las modelos Bésame que se abre camino en medio del ambiente del modelaje. Ella siente que a sus 21 años le falta mucho todavía.

Aunque muchos son los hombres que le expresan sus sentimientos ella es reacia a aceptar palabras dulces, pues comenta que en el amor no le ha ido muy bien.

¿Cómo se inició en el modelaje?

Todo surgió porque mi mamá estaba muy enferma y mi bebé muy pequeño, así que necesitaba un trabajo que se pagara bien y que no tuviera que dedicarle mucho tiempo.

¿Cuál fue su despegue?

Fue cuando trabajé hace dos años haciendo bromas para “El Chinamo”, la más famosa fue la que le hicimos a Jorge Martínez. Luego en diciembre bailé.

¿Por qué se inclinó por el modelaje de ropa íntima?

Porque va con mi personalidad, mi debut en Bésame fue estupendo, quiero hacer esto durante unos cuatro años más, pero no quiero quedarme solo en esto.

¿Le gustaría meterse a un concurso?

Sí, pero me da miedo, es que si me meto a alguno iría dispuesta a ganar.

¿Cómo está su vida amorosa?

Solita, solita, solita. No me va bien en el amor, no hay hombres valientes que se animen a salir con una mujer bonita e inteligente, además no soportan el que tenga que hacer pasarelas en ropa íntima. Todos solo quieren una cosa.

¿Qué la conquista?

Los detalles, que sean atentos, cariñosos, que no se les olviden las fechas importantes; me gusta el hombre romántico, pero que no sea pega.

¿Cómo es como mujer?

Muy apasionada.

Sus ojos expresan sexualidad, ¿es así?

Sí, siempre he sido sexy, no es nada fingido y no son sólo los ojos, es todo en mí.

¿Qué parte le piropean más?

Mis ojos y mis labios, que dicen que son muy carnositos y suaves.

¿Cuál parte de su cuerpo es su punto débil?

Mi cuello, es mi parte débil.