Allan Andino
Su espectacular figura ha desfilado por las pasarelas más reconocidas del planeta, bordada con la seda más fina que existe, e impresa en las revistas más prestigiosas de la industria de la moda.
Los diseñadores en boga han caído rendidos a sus pies, impresionados por la belleza única que encierra esta chica aficionada al tenis.
Hoy, retirada, pero con su imagen dando vueltas por el mundo, Valeria Mazza disfruta de ser madre por primera vez de una niña, Taína, su cuarto retoño y con el que parece decidió cerrar la fábrica.
Con el sonido de fondo de su pequeña, la supermodelo argentina habló telefónicamente desde Buenos Aires con VIP, y compartió detalles de su laureada carrera, su vida familiar, y hasta una visita que hizo a nuestro país.
¿Cómo ha sido retomar ese papel de madre otra vez?
Muy contenta, aquí estoy con mi nueva nena (nació el 22 de abril), reorganizando la familia y ocupada porque le estoy dando el pecho, cada tres horas; estoy acá, y a su vez poniéndome en forma nuevamente (risas) para volver a entrar a la cancha.
¿En qué momento de su vida llega Taína? ¿Con ella cierra la fábrica?
Exacto. Teníamos planificada la llegada de Taína porque queríamos tener un cuarto hijo y en julio del año pasado... quedé embarazada. Yo tuve mis hijos cada tres años, tienen 9, 6 y 3. Me funcionó como una diferencia ideal de la llegada entre uno y otro, y era el momento de encargar a Taína.
Acaba de lanzar el libro “¿Qué me pongo?”, una guía de consejos para las mujeres a la hora de vestir, háblenos de él...
Es un proyecto que hice durante todo el embarazo y lo presenté para la Feria del Libro en Buenos Aires. Allí, quise compartir secretos que he aprendido durante todos estos años en el mundo de la moda, para hacernos más fácil ese momento de ¿qué me pongo? Estoy contentísima por la aceptación que ha tenido. Es como una charla entre mujeres, con consejos muy prácticos divididos en 16 capítulos.
Sobre sus inicios como modelo, ¿cómo recuerda ese primer acercamiento?
Yo de chica nunca soñé con ser modelo. En realidad, empezó por mi hermana mayor, Carolina. Ella trabajó para algunas casas de ropa de Paraná, una pequeña ciudad donde vivíamos, a 500 kilómetros de la capital. Ella lo hacía por diversión y por ganar un poco de plata, y después dije: “yo también quiero”. Luego en un desfile donde habían invitados de Buenos Aires me convidaron a ver una agencia de modelos, tenía 16 años.
¿Qué pasó entonces?
Fui con mis padres, conocimos gente, probé trabajar un par de días y regresaba a la casa. Yo estaba en el colegio, ahí decidí que quería terminarlo y después sí, irme a vivir a la capital. Al año empecé a viajar y diez meses después quise probar suerte en Europa: ¡Tenía 18 años!.
¿Sola en Europa?
Sí, con la cuenta en colorado (en rojo), porque la agencia te paga el pasaje, pero a partir de ahí empiezas a pagar tus cosas y ese es el comienzo. Me quedé en Nueva York y en seguida, mis primeros trabajos fueron para “Elle” y “Vogue”. Me dijeron: te vas a Hawaii a hacer la campaña de “Guess”, y me pareció tan increíble que no se lo comenté a nadie ¡No podía ser verdad!.
¿Fue ese trabajo el que le abrió las puertas para proyectarse como modelo?
Ese fue mi primer contrato internacional, y a partir de allí empecé a tener nombre y apellido en el mundo de la moda, porque ser una chica “Guess” es muy fuerte, tiene repercusión a nivel público. Luego vino “Sports Illustrated”, desfiles para grandes diseñadores, y viajes por diez años.
¿De adolescente tuvo algún complejo?
¡Claro! A los 14 medía exactamente igual que ahora, 1, 78 metros. Eso no me gustaba para nada, me daba una vergüenza terrible porque siempre sobresalía de todas mis amigas. Llamaba mucho la atención, era tímida y por eso no me sacaban a bailar (risas).
¿Cuál fue su reacción cuando trabajó con el diseñador italiano Gianni Versace?
Era mi primer desfile en Milán. Entonces me llama la agencia y me dice: andate ya para Versace que necesitan una modelo para el desfile de hoy. Me acuerdo que llegué, me pusieron ropa y me llevaron a donde estaban Gianni, Donatella y sus colaboradores más cercanos. Nunca voy a olvidar esa escena porque aparte me moría de los nervios. Estaba parada, me hizo caminar y me dijo ¡te quedas!
¿Qué ofertas ha tenido que rechazar?
Al principio es difícil porque sos muy chica, te parece que decir que no, puede alejarte de tu objetivo, pero a medida que maduras la experiencia te enseña que decir que no, aunque sea más difícil a largo plazo, es más conveniente que decir que sí. Nada es tan determinante como para que frene tus objetivos.
¿Qué tipo de campañas no aceptó?
He dicho que no a campañas que no están de acuerdo con mi forma de pensar. Yo nunca he hecho desnudos y rechacé trabajar con marcas de alcohol o de cigarrillos.
Me dí cuenta con el tiempo que es mucho más importante hacer tu trabajo, pero sin traicionar mis convicciones.
¿Por qué ya no participa en los desfiles?
Ya no tengo 20 años, creo que uno se va alejando de lo que es el día a día de la moda. Sí puedo llegar a hacer un desfile porque es el aniversario de un diseñador o algo benéfico, pero ya la labor diaria no la tengo.
¿Es de las mujeres que les da pena revelar la edad?
(Risas) Tengo 36 años, no tengo ningún complejo con la edad.
¿Conoce Costa Rica?
(Trata de recordar) En Costa Rica... sí, he pasado. Fue hace muchos años en una playa, estuve haciendo unas fotos para un norteamericano.
Debería volver, me has hecho dar cuenta que debería volver. Recuerdo la playa, el mar, la gente muy calurosa. Me encantaría volver con mi familia.
Madre, empresaria, modelo, ¿qué le falta por concretar?
Mira, cuando pienso en el futuro lo único que pido es tiempo y salud para poder ver crecer a mis hijos.
Estoy desarrollando una marca. Empezamos hace algunos años con lo que es belleza, hicimos el libro y pronto sacaremos una línea de anteojos de sol y transparentes.
El 10 de julio viajó a Italia donde estará dos meses por compromisos laborales y también, de vacaciones con su familia.
En agosto lanzará al mercado su línea de anteojos de sol y transparentes.
En el libro le colaboran 16 expertos, entre ellos Roberto Cavalli, Donatella Versace, en perfumería Antonio Banderas, además Carolina Herrera, Giorgio Armani y otros.
Es madrina del piso de Pediatría del hospital Austral en Argentina. “Estudié terapia ocupacional, para mí siempre fue importante el tema del trabajo humanitario. Siempre me interesó hacerlo, cuando uno puede ser imagen pública y podés utilizar esa proyección para ayudar a los demás... mejor todavía”.
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