Ronny Rojas
Rodolfo Martin
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Estados Unidos se molestó por la decisión tomada por la ministra de Seguridad, Janina del Vecchio, de otorgarle refugio a la estadounidense Chere Lyn Tomayko, acusada en su país del presunto secuestro de una hija.
Todavía anoche, al cierre de esta edición, Tomayko estaba presa en El Buen Pastor.
Poco después del anuncio que hizo Del Vecchio, a las 3 p.m., la Embajada de Estados Unidos suspendió un acto programado para hoy, en el cual oficializaría la donación de un avión para el Ministerio de Seguridad.
El presidente Óscar Arias defendió anoche la decisión de concederle refugio a la mujer.
“El Gobierno no tiene por qué consultar con otros gobiernos decisiones que solo a nosotros nos competen. Es un tema de derechos humanos y siempre hemos querido proteger a la gente que tiene sus derechos amenazados”, dijo el mandatario.
Acerca de la molestia de los estadounidenses, Del Vecchio señaló: “Era de esperarse que fuera un asunto que no les pareciera en su totalidad. Es una decisión soberana de este país y sigo pensando que es la mejor. Toda decisión tiene sus implicaciones. Creo y espero que no afecte (las relaciones entre ambos países)”.
Sobre este tema, Evelyn Ardón, encargada de Prensa de la Embajada, dijo que funcionarios de esa sede diplomática podrían emitir criterio hoy.
Ayer, a las 2 p.m., esa sede diplomática envió a los medios un recordatorio de la ceremonia de hoy; una hora más tarde, Del Vecchio anunció el refugio para Tomayko, y, a las 5:16 p.m., la misión emitió un comunicado para anunciar la suspensión del acto, sin dar razones.
Del Vecchio confirmó que, poco después de su anuncio, recibió una llamada de un “alto funcionario de la Embajada” (no reveló el nombre), quien le informó que se suspendía la ceremonia porque ellos estaban “atendiendo otros asuntos”.
Al Día intentó hablar del tema con el canciller, Bruno Stagno, pero no fue posible localizarlo.
Presa desde setiembre
Chere Lyn Tomayko fue llevada a la cárcel El Buen Pastor el 20 de setiembre del 2007, por una orden de captura de las autoridades estadounidenses. Su expareja la acusó de secuestrar a una de sus hijas.
Ella huyó de su país en 1997, con sus dos niñas, porque, según alega, era víctima de maltrato doméstico por parte del padre de una de las niñas, Roger Cyprian. Poco después, el hombre la denunció por secuestro.
Llegó a Costa Rica de forma legal, hizo una nueva vida y se casó con el tico Javier Montero, con quien tuvo dos hijas. Aquí, daba clases de inglés y hoy reclama que es costarricense por naturalización. La jefa de la Defensa Pública, Marta Iris Muñoz, interpuso ayer la solicitud de libertad inmediata para la mujer.
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