Miércoles 18 de junio de 2008, San José, Costa Rica
Nacionales | Así se apagan los fuegos
Pido la palabra

Carlos Freer, cineasta
cfreer@cariari.ucr.ac.cr

Hedy Lamarr y Victor Mature vivían un apasionado idilio. Ella le ofrecía un apetitoso racimo de uvas y él lo comía con loco arrebato.

Antes, con una quijada de burro, había luchado –¡él solo!– contra decenas de filisteos armados. Su endemoniado arrojo, abultados bíceps y poderosas manos también le habían bastado para acabar con un temible león que lo atacó.

Aquella descomunal fuerza era un vívido contraste con la fragilidad de la ojiverde actriz.

Un repentino tantán, una abrupta encendida de luces y una entrada galopante por los pasillos interrumpieron la emocionante proyección de “Sansón y Dalila”, en el abarrotado teatro Cartago.

Armados de mangueras y pistones, los recién organizados bomberos de la Vieja Metrópoli se dirigieron presurosos al escenario y, en un santiamén, hicieron surgir una nube de vapor de agua. Las incipientes llamas se apagaron como por encanto.

Era la tanda de tres y la güilada predominaba entre la concurrencia. En una sola tanda, ver en acción a Sansón y a los bomberos resultó de ensueño para mis atónitos compañeros y para mí.

Tan raudos como entraron, los heroicos “tragahumo” abandonaron la escena. Se apagaron las luces y Victor Mature siguió haciendo de las suyas, hasta que la ingrata Dalila le cortó el cabello. ¿Por qué me acordé de este episodio? Estoy seguro de que nada tienen que ver las escenas que han estado pasando por la tele, con un bombero muy particular.

Publicidad
Publicidad
Recomienda esta página a un amig@
Recomienda esta página a un amigo

© 2008. Periódico Al Día. El contenido de aldia.cr no puede ser reproducido, transmitido ni distribuido total o parcialmente sin la autorización previa y por escrito del Periódico Al Día. Si usted necesita mayor información o brindar recomendaciones, escriba a webmaster@aldia.co.cr.