Julio Peña, corresponsal y Rodolfo Martín
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El cuerpo de la joven exhibía fracturas en cuello, mandíbula, cabeza, tórax, clavícula y costillas, así como la pérdida de piezas dentales, una herida bajo el mentón, hemorragia cerebral, lesiones en las partes íntimas y escoriaciones en todo el cuerpo.

Así describió el médico forense Rodrigo García, a los jueces del Tribunal de Juicio de Nicoya, las múltiples lesiones en el cuerpo de Leida Grace Castillo Caravaca de 18 años, asesinada en setiembre del 2007 en Playa Sámara.

La autopsia reveló que Castillo murió “asfixiada”; sin embargo, no se determinó qué utilizaron para producir la asfixia.

García puntualizó que “era una cantidad exagerada de lesiones, producidas con demasiada violencia y fuerza estando la víctima viva o en estado agónico”.

El experto calificó como “impresionante” la fractura de la mandíbula.

“Cuesta verla en homicidios ya que, por lo general, el atacante se limita a estrangular a su víctima. En este caso, se le estranguló y se le golpeó con fuerza”, apuntó el especialista.

Tétrico hallazgo

Un oficial del OIJ a cargo del caso narró los detalles del descubrimiento.

“El cuerpo estaba sin ropa interior y con las extremidades extendidas en una zanja”.

En una vieja soda abandonada, el OIJ halló un charco de sangre, una piedra y un palo con el cual, al parecer, fue golpeada, así como una pared impregnada de sangre, donde la cabeza fue estrellada en reiteradas veces.

Como sospechoso figura un sujeto de apellido Fonseca, de 32 años y vecino de Rincón Grande de Pavas.

El hombre se desempeñaba como peón de construcción en el centro comercial donde apareció semienterrado el cadáver de la mujer.

El juicio arrancó anteayer y está a cargo de los jueces Cinthia Dumanni, Rubén Alfaro y Wilson Chonkan.