Pido La Palabra

Sin derecho ni a mugir

“Si no lo hacen en la entrada, lo harán en la salida”, más o menos eso dice un popular refrán acerca de las vacas y sus boñigas.

Vacas, tan queridas amigas nuestras, pastan hoy hasta en las esquinas de San José; esculturas en todas posiciones, diseños y colores, como parte del festival “Cow Parade”.

¡Qué mejor que ellas para acercar a los ticos al arte!

Si usted se detiene un momento, encontrará singulares relaciones entre ellas y nosotros, más allá de la leche, la natilla o el queso; desde la forma de hablar hasta aquel insólito hurto.

¿Acaso no fue en Costa Rica el fallido intento de llevarse una vaca en el asiento trasero de un taxi pirata? Lo de fallido es lo de menos... ¡Cómo lograron meterla ahí!

¡Y no lo hemos inscrito en los récords Guinness!

Las vacas también tienen su lugar en expresiones populares, como “las vacas sagradas”, en alusión a los “intocables” en una empresa o sociedad, o el “me voy de vacas”, en vez de salgo de vacaciones.

Más de una desearía irse de “vacas”, en vez de estar expuesta en alguna esquina de San José como graciosa obra de arte, amenazada con perder algún cacho o la compostura. Y ni siquiera pueden mugir, ante la escasa educación de algunos.

Lleve a sus niños a verlas, incluso a aquellas dañadas, a ver si las próximas generaciones no hacen las de las vacas.