Gabriela Solano
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Tras cuatro años en canal 7, Federico “Kiko” Robles hace un punto y aparte en su carrera profesional. Ahora en “Buen Día” quiere demostrar que es más que un afable presentador y que puede brindar un servicio a los televidentes mediante su trabajo.

Asegura que el cambio físico que inició dos años atrás tuvo mucho que ver con sus nuevas oportunidades.

¿Cuál es el reto en esta nueva etapa profesional?

Creo que posicionarme un poquito más como profesional, pero sin perder mi lado jocoso. Hasta ahora no he podido explorar y demostrar lo que puedo hacer como comunicador. También quiero aprender de Édgar (Silva) y Adriana (Durán), quienes me han recibido con mucho cariño.

Estaba acostumbrado a un público más juvenil. ¿Cómo es ahora la búsqueda de temas para ‘Buen Día’?

Mi mamá y mi esposa son seguidoras del programa, entonces en las fiestas familiares saco mi libreta y comienzo a interrogarlas sobre lo que les gusta o quisieran saber. Ya tengo varios temitas. Quiero proponer cosas para mujeres, pero desde el punto de vista de un hombre.

¿Siente que debe probarse algo?

Siento que debo probarle a la gente que Kiko puede hacer más que pararse a presentar y que soy capaz de prestarle un servicio al público por medio de mi trabajo.

¿Es verdad que Édgar es un jefe exigente?

Sí. Es un jefe que te da mucha libertad, te da confianza, no toca tu guión, pero te pide que seás cumplido y hagás las cosas bien.

¿Hacia dónde quiere dirigir su carrera ahora?

Me encantaría tener un programa como “Buen Día”, siempre me han llamado la atención los espacios matutinos. Ser presentador y productor. Me gustaría presentar eventos o programas con público, me gusta estar cerca de la gente.

Usted pasó de ser el “payasito” de un canal musical a un espacio para adultos ¿Cómo siente el cambio?

Los años te van imponiendo otras reglas y exigencias que te van cambiando. Mis papás siempre han sido mis críticos y mi esposa Melissa, es mi filtro. Ella siempre está pendiente y me aconseja mucho.

¿Qué peso tiene su cambio físico en su trabajo?

Se me han abierto muchas puertas, quizá porque tengo una imagen más fresca. La gente tal vez me encuentra más serio y decidido. A lo mejor me ven y piensan que yo quise cambiar y lo logré.

¿Si no hubiera perdido tanto peso mediante el bypass gástrico, le habrían dado las oportunidades?

Tal vez sí, pero habría costado un poquito más. Habría tenido que trabajar más para demostrar quién soy. Una imagen dice más que mil palabras y esta figura fue una nueva carta de presentación con la que tuve que remercadearme. Soy como la misma chocoleta, pero con empaque nuevo.

Se retocaría las orejas

¿Conserva las fotos del Kiko gordito?

¡Uhhh! un montón. Las tengo en la casa y en la computadora. Guardo la del día de la operación. Me impresiono mucho cuando las veo.

¿Qué peso tiene ahora?

Estoy en 170 libras. Creo que ya no debería bajar de ahí.

¿Ahora sí se siente como un flaco?

Sí. Me veo al espejo y me veo más flaco de lo que me siento. Cuesta asimilarlo, pero es muy vacilón cuando veo que una camisa en la que no creía entrar me queda.

¿Se hará algún retoquecito más o está satisfecho?

Tal vez mas adelante me retoque las orejas.

¿Se mantiene con una dieta o ya come de todo?

Ya puedo comer de todo pero le agarré el gusto a las ensaladitas, pescado y al pollo. Además de que aprendí a comer por cantidades pequeñas. Al gimnasio espero regresar en cuatro meses.

¿Ya están considerando tener más hijos?

A nosotros nos gustaría, lo que pasa es que uno lo pospone siempre para otro momento. Llegará cuando se deba, las sorpresas son mejores.

¿Es más feliz ahora que años atrás?

Sí y por mucho. Ahora me siento como un ser humano muchísimo más pleno y confiado en mí mismo.