Rolando Avilés, corresponsal
Allan Andino
aandino@aldia.co.cr

Por segunda vez la estrella del pop Britney Spears disfrutó del sol y las relajantes olas en playa Barrigona, en Guanacaste, cuando ayer, luego de mostrarse sonriente con la marejada de prensa a su alrededor, se puso en los pies de los “paparazzi” y les tomó fotos con su cámara personal.

La cantante estadounidense, quien habita en la propiedad del actor y director Mel Gibson desde el jueves, salió a las 11.55 a.m. a tomar el sol y se desprendió de su corto vestido para quedar en traje de baño, en el cual se nota que está pasadita de libras. Su papá, James Spears, y algunos amigos norteamericanos la acompañan.

A la 1:15 p.m. regresó a la casa de Gibson para luego volver a la playa, siempre en cuadraciclo, solo que en este caso lo piloteaba un hombre que trabaja para el actor.

Sentada en una silla y contemplando el mar se fumó un cigarrillo, bebió una Coca Cola y pidió la cámara a su padre para sacarle fotos a los “paparazzi”, quienes saludaron a la artista y detuvieron por unos momentos sus potentes e insistentes lentes fotográficos.

El padre de la cantante se acercó a los medios de prensa y les indicó que no había problema en tomar las imágenes, siempre y cuando respetaran un límite que puso, unos 40 metros.

Pasadas las 2 p.m. la rubia, quien arrastró la silla para que las olas le acariciaran los pies, se retiró en cuadraciclo mientras sus acompañantes se quedaron. Antes, firmó dos autógrafos, un disco que llevó la reportera Arlene Raventós de “En Vivo”, y otro en un papel para un lugareño.

Al Día se enteró que Mel Gibson dejó a Britney en su casa el jueves, día de su llegada al país, y salió en avioneta rumbo a San José, para cenar con representantes de una compañía constructora de capital tico, con la cual pretende formar una sociedad para desarrollar sus proyectos en Guanacaste. Esta fue la segunda vez que el director de “La Pasión de Cristo” sostuvo conversaciones con la empresa, y lo hará de nuevo.