Franklin Arroyo González
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Leonel Valerín Jiménez se toma muy en serio su personaje “Indio Leo”, en el que se transformó hace trece años.

Saluda con un “jao”, alzando la mano y agravando la voz, y entrena vestido como un indio estadounidense.

Últimamente lo acompaña “Joan Plumita Veloz”, muñeco bebé que carga sobre su espalda.

Desde que vio un payaso, un salonero y al mismísimo “Zorro” en su primera carrera, buscó un personaje original. Desde entonces, “Indio Leo” no falta en las competencias atléticas.

Además, hizo de un búnker de drogadictos un espacio agradable, con plantas, flores y mesitas, frente a su casa.

¿Cómo hizo el primer traje?

Con una vincha, y me pinté la cara con el lápiz labial de mi esposa. Luego, mejoré el personaje con penachos que me traen de Arizona o Nuevo México, y fabriqué el taparrabo, la pipa de la paz, el arco y la flecha.

¿Le han dicho chiflado?

Cuando corría por aquí, decían que me había vuelto loco, pero eso fue en los primeros seis meses. Hace años no escucho que me digan cosas como loco, ramalazo o fúmela verde.

¿Le gusta la fama callejera?

Sí, lo que hago es bonito. Yo no sé a qué huele una cerveza y nunca he tenido un cigarro en la boca. Me considero una persona ejemplar, siempre me han visto jugando fútbol, en bicicleta o corriendo.

¿Es una forma de vida?

Al principio era un pasatiempo, ahora, me quedó una dependencia. Si no lo hago, me siento mal.

¿Cuál es la historia del parque?

El terreno era una cantina, una fábrica de yeso y unas casas de alquiler que se estaban cayendo. La Municipalidad lo botó, pero quedaron escombros. Se llenó de ratas y drogadictos. Decidí limpiarlo, sin permiso de nadie.

¿Qué dijeron los dueños?

Una vecina los alertó de que un hombre vestido de indio estaba haciendo un precario, y vinieron a ver. Cuando encontraron esto, me dieron luz verde. Solo faltan Adán y Eva, dijeron.

¿Por qué desayuna en el “indioparque”?

Para salir de la rutina. Admiro las plantas y la gente me saluda mientras tomo café con “pinto” y tostadas, con el penacho.

¿Por qué?

Para que identifiquen quién es el del parque.

Luchador

Leonel Valerín Jiménez

Edad: 53.

Residencia: Lourdes de Montes de Oca.

Dato: es originario de Lourdes, está casado con Marlen Esquivel, tiene dos hijos, Rebeca y Daniel, y se desempeña como transportista.