Juan Diego Villarreal
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Tibás. El golpe que recibió en su rostro el portero José Francisco Porras, en un choque fortuito casi al finalizar el compromiso ante el DC United (2-2), le afectó al punto que el médico Willy Gálvez tuvo que atenderlo hasta pasadas las 11 p.m., según explicó.
Gálvez sentenció que no se explicó cómo el árbitro central, el mexicano Germán Arredondo, no detuvo el compromiso para atender al guardameta, pues no estaba en óptimas condiciones.
“El árbitro, cuando cayó Porras, no nos dejó entrar al campo para atenderlo, sino hasta después que pasó el tiro de esquina y ellos anotaron. Entonces nos metimos a la brava y observé que Porras no estaba bien”.
“José Francisco se encontraba desorientado, así que le hicimos una valoración rápida de su equilibrio y movilidad ocular. Vimos que estaba mareado”, confesó el galeno.
Al consultarle a Gálvez si Porras llevaba las de perder en el tiro de esquina que cobraron los estadounidenses, sentenció: “Por supuesto, no entiendo cómo no lo protegieron al caer en el área”.
Fue una jugada clave.
Lo diijo
“Porras estaba “grogui” por el golpe que recibió. No me gustó que la gente se metiera con él así”.
Randall Row, asistente técnico del Saprissa.
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