Ana Coralia Fernández, periodista
paradigma@racsa.co.cr

Gracias María, porque aunque no ganaste el concurso, te echaste a la bolsa a todo un país. Porque te fuiste solita y regresás con un pueblo agradecido de tus logros.

Porque estábamos abrumados y a punta de mensajes de texto nos hiciste olvidar la crisis, los problemas internos y externos, el tedio de un año lleno de incertidumbre y tantas horas de “spinning”: pedalear y pedalear sin ir a ninguna parte.

Porque cada miércoles esperábamos la buena noticia y no nos defraudaste; porque nos encendiste un rayito de esperanza y nos hiciste sentir importantes ante propios y ajenos.

Porque como decía Violeta Parra nos hiciste “volver a los diecisiete”; nos ilusionamos como chiquillos ante los fulgores del triunfo.

Gracias María, porque al extenderle la mano a Margarita, le dijiste al mundo entero que no somos envidiosos, ni guardamos rencor y que para saber que eras la mejor, no tuvimos que hablar mal de ningún otro país.

El premio fue para nosotros, porque durante las semanas en que fuiste escalando peldaños hacia la fama, lograste unirnos en una sola voz, la tuya y en un solo corazón.

Mil gracias chiquita, porque sos muy grande y el mundo te espera, cuando subás a la cumbre, llévanos en tu mochila.

Nos hiciste sentir que mientras alguien cante con tu dulzura y esfuerzo, todo lo demás se puede resolver, no importarán el cansancio o las majaderías o que el señor Burns, se sienta el dueño de La Sabana.