Leonel Jiménez
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Uno de los mejores goleadores que tuvo el Deportivo Saprissa en los últimos años y que logra gran estabilidad en Suiza, ha sido objeto de una andanada de críticas por su juego y la ausencia de gol.
Su fútbol ha sido tema de discusión, calificándolo como un bluf en la selección. Ahora el “Sabo” debe estar lleno de revancha y con ganas de tapar bocas, como es común que digan los futbolistas
El refrán dice: “obras son amores y no buenas razones”, no creo que el jugador tenga la conciencia tranquila, ni deje de importarle el sinnúmero de epítetos que le lanzan los fanáticos.
Nosotros como prensa, no podemos encumbrar a nadie, pero seguimos pensando que Álvaro Saborío tiene más talento y gol del que ha venido demostrando. Uno siempre espera que juegue como nos enseñó en su momento en el cuadro morado, donde se distinguió por sus goles.
Cuando los medios de comunicación le bajamos la calificación es porque también valoramos su nivel sobresaliente de otros momentos.
El futbolista debe bajarse del pedestal de la altivez, para admitir sus errores y desperdicio continuo de ocasiones de gol. A él se le ha acusado de ser un futbolista con limitaciones técnicas, pero físicamente es de los más dotados y potentes, eso lo obliga al mayor sacrificio y entrega.
Esto, unido a la reacción que ha tenido Alonso Solís luego de la silbatina, abucheo y “oles” en el juego con Haití, nos demuestra que los llamados “cracks” de nuestro fútbol solo aceptan elogios.
Cuando hay señalamiento de la masa pierden los nervios, dicen cosas inconvenientes y casi responsabilizan del mal juego al comportamiento del público. Resulta que los jugadores, además de cobrar, necesitan el cariño del aficionado para funcionar.
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