Rafael Pacheco
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En San Juan de Chicuá (que significa aguas frescas en huetar), unos ocho kilómetros antes del volcán Irazú, se ubica lo que fue el hogar de recreo del expresidente Ricardo Jiménez (1910-1914), (1924-1928), (1932-1936). Ahora está convertido en un hotel y restaurante.
De acuerdo con su propietario, Wálter Ardón, Jiménez –conocido como el “brujo” de Irazú– era el dueño de toda la hacienda y en ese sitio se refugiaba cuando no estaba atendiendo sus obligaciones en la política.
En aquel tiempo, explicó Ardón, para llegar a la casona se tenía que viajar en una carreta tirada por bueyes hasta la entrada a Prusia, donde se ubicaba el Sanatorio Durán. Luego se terminaba el trayecto a caballo.
Se dice que tras la campaña para su tercer mandato (1932), Jiménez quedó en quiebra y se vio obligado a vender su hacienda a la familia Robert Brouca, que recién llegaban de España.
Fueron ellos quienes decidieron agrandar la casa y convertirla en una posada.
El edificio fue declarado patrimonio histórico durante la administración Calderón Fournier (1990-1994), por gestión de la Municipalidad de Oreamuno.
Actualmente, el hermoso hotel se encuentra rodeado de lecherías y extensos terrenos sembrados de papa. Mientras, el agradable restaurante se especializa en comida nacional y es atendido por la familia Ardón Sánchez, únicamente durante los fines de semana.
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