Franklin Arroyo González
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Vittorino Girardi, obispo de Tilarán, recomienda sacrificio, unión familiar y más participación en las procesiones esta Semana Santa.
El religioso, en conversación ayer con Al Día, se refirió a los gais, a la píldora del día después y a si se puede comer carne el Viernes Santo.
¿Cuánto han variado las tradiciones de Semana Santa?
Con el Vaticano Segundo se revisaron algunos ritos para mejorar la interacción. Cuando era niño, por ejemplo, todo era en latín, pero el espíritu de la gente es el mismo en todo lado. Antes, la cultura campesina permitía una mayor participación; actualmente, en la cultura urbana, el ritmo de vida no la facilita.
¿Qué actitud de la gente le molesta en estos días?
Cuando se ofrecen paquetes de vacaciones donde todo se reduce a vacaciones. No hay un ofrecimiento de lo más importante que es el aspecto religioso.
Entonces, ¿qué opina de los paseos familiares?
Una familia que aproveche para visitar familiares y añada un paseo está bien. Pero que integren a Dios.
¿Por qué la costumbre de decir que un baño en Semana Santa lo convertía a uno en pez?
En cada nación hay algo de ese tipo. Era un artificio para que los muchachos consideraran la Semana Santa como muy santa. Es como un supuesto castigo para prohibir algo. Es de gente sencilla, pero la intención no era tan mala.
¿ Se puede comer carne el Viernes Santo?
No se concibe una fiesta sin carne y, además, bien preparada. Al meditar, uno quiere manifestar que se une a las celebraciones, renunciando a algo agradable. Significa renunciar a algo que nos guste mucho.
¿Qué actividades familiares recomienda usted estos días?
Primero, que la familia ore unida, porque Dios une a la familia. Sin Dios, un niño no goza, más bien sufre, hay golpes, drogas, violencia. Segundo, enterarse de los horarios de las celebraciones del templo más cercano y participar en ritos que no son obligatorios, como las procesiones, y tercero, que haya una renuncia a algo... al licor, al tabaco, a una película, para que los niños comprendan que Dios es importante y que los padres respetan estos días.
¿Cuánto influye la televisión en el cambio de costumbres?
Enormemente, sobre todo en los niños, que aprenden por lo que ven, más que por lo que oyen. La televisión, la radio e Internet compiten frente al mensaje de valores de la Iglesia, de los padres, de las escuelas. No enseñan valores, sino transmiten antivalores.
¿Cuál es su posición con los matrimonios gais?
Hay un aspecto hormonal que es complejo, que no se condena, porque no depende de la persona. Pudo ser iniciado al homosexualismo de forma violenta, pero la escritura es dura contra el ejercicio del homosexualismo, porque es antinatural. Una mujer con una mujer no genera vida. La Iglesia no tiene policías para vigilar, pero no obliguen a la Iglesia a equiparar esa unión con un matrimonio.
Y ¿qué piensa del la píldora del día después?
Es abortiva, por lo tanto es matar. No se puede admitir porque es un delito horrible. Algunos médicos no la consideran abortiva, hay que acudir a los honestos. Sin absoluta certeza, lo mejor es no actuar.
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