L'Aquila, Italia/AFP.- Al menos 150 personas murieron, 1.500 resultan heridas y 70.000 se quedaron ayer sin casa en uno de los peores terremotos que han sacudido a Italia en los últimos diez años.

El sismo de 6,2 grados destruyó viviendas, edificios y monumentos de la región de Abruzos, al este de Roma.

Los bomberos rescataron con vida a 60 personas de entre los escombros de los edificios derrumbados, según el balance que hicieron de la primera jornada.

Se estimaba que más de 70.000 personas se quedaron sin hogar y se preparaban pasar su primera noche en tiendas de campaña.

El jefe del Gobierno italiano, Silvio Berlusconi, viajó a L'Aquila, donde las autoridades instalaron tiendas para alojar a unos 20.000 damnificados, mientras otros serían instalados en hoteles de la costa.

“Es una tragedia sin precedentes en los años recientes”, afirmó Berlusconi, que anuló un viaje oficial a Rusia y decretó el estado de emergencia.

El sismo con una magnitud de 6,2 se produjo a las 3:30 de la madrugada hora local con epicentro a 8,8 km de profundidad.

Entre los muertos se cuentan varios niños y numerosas personas se encuentran aún atrapadas bajo los escombros.

Una 200 réplicas de poca importancia siguieron al terremoto, dijo a la prensa un responsable de la Comisión de Riesgos Naturales italiana, que no descartó que se produzca un nuevo sismo de gran intensidad.

Berlusconi anunció ayer por la noche, tras una reunión extraordinaria del consejo de ministros, el desbloqueo de 30 millones de euros para esta emergencia.