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La multitud en el funeral de ayer en Santa Cruz fue impresionante, familiares y amigos dijeron adiós a los fallecidos. Julio Peña.
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Rumbo al cementerio, los cuerpos pasaron por las calles santacruceñas y recibieron la solidaridad del pueblo. Julio Peña.
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Esta joven fue de las más afectadas durante el funeral de los cinco hombres muertos en el trágico accidente. Julio Peña.
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Algunas mujeres lloraron sin consuelo en las honras fúnebres de los muchachos, vecinos todos del cantón de Santa Cruz.
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No faltaron los carteles de Alvin Villavicencio, que recordaban sus tiempos de jugador en selecciones menores de Costa Rica. Participó en un Mundial.
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El sacerdote Elkin López fue muy emotivo durante la celebración de los funerales. Se aprecia la multitud que abarrotó los las calles.
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Los santacruceños mostraron su solidaridad con los fallecidos. Una banda acompañó los ataúdes mientras eran llevados al cementerio.
Rodolfo Martín
rmartin@aldia.co.cr
Santa Cruz.- El exmundialista Alvin Villavicencio Chamorro y cuatro amigos, fallecidos en Manchón de Arado, la madrugada del sábado, fueron despedidos ayer aquí en medio de gran consternación.
“Es un vacío indescriptible, es desolador”, dijo Alvin Villacicencio, padre del exjuvenil fallecido.
Las víctimas del peor accidente vial en el país en lo que va del año fueron acompañadas por cientos de personas, familiares y amigos.
Los cinco ataúdes en que descansaban Villavicencio de 29 años, Alvin Gerardo Gutiérrez (36), Federico Díjeres (33), su primo Ólger Díjeres (33) y Eddy Barrantes (34) fueron colocados a las 9 a.m. frente al anfiteatro del parque Bernabela Ramos.
Juana Briones estaba entre la multitud y recordó a los fallecidos como “aquellos güilas” que todos vieron crecer, mejengueando en las calles de Santa Cecilia y bañándose en las pozas del Diría.
“Lo único cierto es que Dios nos ama, nos perdona y nos santifica”, manifestó a a los asistentes el sacerdote Elkin López Alfaro, cura párroco del santuario del Santo Cristo de Esquipúlas.
Los cinco murieron tras salirse de la vía el vehículo en que viajaban y chocar contra al menos 10 postes de una cerca y un árbol de espavel, informaron las autoridades.
La hipótesis que maneja la Policía es que el accidente pudo haberse dado por supuesta influencia de licor y exceso de velocidad.
Gran dolor
A las 9 a.m., el calor ya superaba los 30 grados. Desgarradoras escenas de dolor entre familiares y amigos se repetían una y otra vez, mientras aumentaba la temperatura y el bochorno por el vaho de la humedad, el cual, a ratos, se confundía con el ascenso del incienso que envolvía los féretros.
Uno de los momentos más emotivos fue cuando todos, tomados de las manos, elevaron al cielo un padrenuestro.
La ceremonia religiosa transcurrió de manera fluida.
Los discursos de despedida de amigos y parientes de las víctimas fueron muy cortos y seguidos de la salida de los cuerpos del parque hacia el cementerio de Santa Cruz.
El traslado se hizo a lo largo de un poco más de un kilómetro de distancia sobre los hombros de todos aquellos que quisieron acompañar al hijo, al hermano, al sobrino, al nieto, al vecino, o simplemente al amigo, en su último recorrido sobre una empolvada calle rodeada de frondosos malinches.
Al final, la gente se retiró lentamente dejando atrás a los cinco muchachos que desde la madrugada del sábado pasado mantenían a los santacruceños con un nudo en la garganta.
* Colaboró Julio Peña.
Consternados
Wilberth Villavicencio, abogado.
Con dolor los despedimos, pero nos reconforta tanto ver esta gran muestra de solidaridad de la comunidad”.
Pedro Sánchez, regidor.
La concentración lo único que evidencia es lo mucho que todos nos queremos”
Alejandra Moraga, vecina.
Nunca antes había visto algo similar. Esto sí es una verdadera tragedia. Hay cinco familias que lloran”.
Arcelia Barrantes, amiga.
A Ólger y Federico los conocí desde que nacieron. Vi cómo fueron creciendo. Este es un golpe muy duro”.
Alvin Villavicencio, padre.
Es un indescriptible vacío, es desolador. Estoy seguro de que con el apoyo de Dios saldremos adelante”.
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