Michaela Redl, una joven estudiante de 20 años que ejerce de voluntaria en los Mundiales de atletismo, fue la persona que tuvo el último contacto con Usain Bolt, antes de la espectacular prueba de 100 metros en que batió el récord mundial.

Redl tuvo el honor de ser la encargada de llevar la cesta con la ropa del hombre más veloz del mundo, algo que calificó de “increíble” y difícil de describir.

La joven germana, estudiante de economía y aficionada al atletismo, indicó que no sabría decir si Bolt estaba nervioso, pero que “no lo mostraba”. Incluso narró que en algunos momentos bromeó con Asafa Powell, bronce en Berlín, y ambos persiguieron una araña que había en la cámara de llamadas.

Redl relató que después Powell comenzó a cantar una pequeña canción sobre la araña y que una vez que entraron en el estadio, Usain Bolt sí que mostró más seriedad.