Erick Carvajal M. y Patricia Recio
ecarvajal@aldia.co.cr

El afortunado que ganó ¢145 millones es un empresario de Sarchí dedicado a comercializar madera, vive en una buena casa y compró el 90 un día antes de que se jugara la lotería navideña.

“Es un buen chavalo y muy tranquilo”, comentó Álvaro Salazar, chancero que vendió el mayor en Sarchí.

Confirmó que el nuevo millonario llegó el sábado y compró los ocho pedazos del 90, y también pidió varias fracciones del 09.

No hablaron mucho y tampoco comentó el porqué lo compraba, si era un “agüizote” o un sueño.

Cuando reporteros de Al Dìa trataron de dialogar con el afortunado, no fue posible que accediera a dar declaraciones.

Pero en cada esquina de este distrito del cantón de Valverde Vega, orgullo nacional por sus carretas típicas y artesanías, no se habla de otra cosa que no sea la suerte que tuvo uno de sus vecinos al pegar ocho pedazos del “gordo” navideño.

Con quienes hablamos, creen que más gente ganó, pues allí se vendieron 100 enteros con la serie del mayor.

Heiner Santamaría dijo ayer, en las inmediaciones de la plaza de Sarchí, que en el pueblo se oyen rumores por todo lado. “La gente sabe quién es el ganador, pero nadie quiere decir nada por su seguridad”, afirmó Santamaría.

En San José, otra persona cobró ayer ¢145 millones del premio mayor pero en Plaza del Sol, informó la JPS.

Calladito...

El nuevo millonario vive cerca del centro de Sarchí, en un ambiente de campo y con mucho espacio. Es considerada una buena persona, humilde y trabajadora.

No es la primera vez que en Sarchí le dan al “Gordo”.

Heiner Santamaría, quien es transportista, recordó que en el 2007 se vendió en el pueblo un entero del mayor y que en esa oportunidad fue el 61 con la serie 598.

Sin embargo, ese entero no quedó en el pueblo, se lo llevaron a los Estados Unidos y lo vendieron entre la comunidad tica. En el 2007, el entero pagó ¢540 millones y la fracción, ¢13,5 millones.

Buena suerte

Heiner Santamaría.

Heiner Santamaría, transportista.

Mucha gente salió favorecida porque quedó la serie del mayor. Eso es muy bueno para el pueblo”.

Marta Jiménez, ama de casa.

Pegué terminación con el 20. La verdad es que me alegra mucho que el mayor haya quedado aquí en el pueblo”.

Pamela Chavarría, ama de casa.

Mucha gente habla sobre el tema del mayor. Nosotros no pegamos nada. Mi esposo llevaba el 92, lástima”.

Regaló una fracción premiada

Isidro Morales.

Isidro Morales, mecánico industrial, llegó ayer a la Junta de Protección Social (JPS) desde San Isidro de El General, a cambiar tres fracciones del segundo premio: ¢3,4 millones.

Morales dijo que había comprado la lotería en Puerto Viejo de Sarapiquí.

“Una señora me vendió ocho pedazos del 96, cuatro con la serie que salió (344) y cuatro con diferente serie. Cuando llegué a San Isidro le regalé uno de los que tenían la serie a una señora”.

El sureño comentó que invertirá el dinero en pagar varias deudas.

Ayer a la Junta se acercaron 14 personas a cambiar fracciones del mayor. Entre quienes llegaron, un vecino de Santiago de La Unión, cambió cuatro pedazos equivalentes a ¢72,5 millones y uno de San Rafael Abajo de Desamparados cambió tres fracciones por ¢54,3 millones.

En total se han cobrado 64 fracciones del número 90 con la serie 892, lo que equivale a ¢1.160 millones.

“Estoy ronco de contar esto”

Álvaro Salazar vendió el mayor en Sarchí y ahora todos le quieren comprar. José Rivera.

Álvaro Salazar, chancero de Sarchí, comentó ayer que es la primera vez que le toca vender el “Gordo”.

Aseguró que la lotería para el premio de consolación se está vendiendo muy rápido. “Todo el mundo quiere comprarme porque vendí el mayor”, explicó. Sobre todo el 90 y el 09, esos fueron los primeros que le pidieron.

Recordó que el comprador del mayor llegó el sábado y además del 90 le compró el 09. No hablaron mucho y tampoco le comentó el porqué lo compraba, si era un “agüizote” o un sueño.

Salazar se dedica a vender lotería en una esquina de la plaza de Sarchí. “Estoy ronco de contarle a la gente. Claro, no digo quién fue, por su seguridad. Pero todos me preguntan cómo fue que lo vendí”, manifestó.

Salazar no entiende cómo la gente sigue pidiendo números bajos, cuando la suerte puede venir de cualquiera. Este vendedor espera que el ganador del mayor le pueda dar algo por haberle dado tanta suerte con el 90.