Franklin Arroyo González
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Jacó y Manuel Antonio, en el Pacífico Central, Dominical y Uvita, en el Pacífico Sur, y otras playas aledañas, tienen un ambiente tibio, a pesar de que el verano está bien asentado.

Familias completas, parejas de novios, grupos de estudiantes en excursión y extranjeros, son algunos de los visitantes que encontramos, en un recorrido por la zona el miércoles 7 y jueves 8 de enero, que nos mostró una atmósfera apenas entrando en calor.

“Es la primera vez que vengo a Dominical. Me llama la atención que todos los letreros están en inglés, deberían pensar en los costarricenses. Es un lugar muy bonito, pero me parece caro. Trajimos para almorzar”, expresó Jessica Agüero, vecina de Buenos Aires de Puntarenas.

A 15 minutos de allí, Dominicalito ofrece un panorama espectacular, con botes pesqueros, una isla a 200 metros de la playa, con poza incluida, y una paz ideal para quienes buscan tranquilidad.

Playa Uvita, más al sur, que forma parte del Parque Nacional Marino Ballena, encierra una belleza escénica única, con tours para ver ballenas y delfines, y visitas a cavernas marinas. Casi no hay gente, por lo que también es ideal para quienes buscan un ambiente pacífico.

El bolsillo podría alcanzar para toda clase de turistas, pues hay precios de casados desde ¢3.000 a ¢7.000.

Por esa zona, podría visitar otras playas como Piñuelas, Colonia, Ventanas o Hermosa, todas de una belleza similar. El mar por esos lugares es picado.

Ambiente

Rumbo a Quepos el camino no es bueno, pero en cuestión de hora y media se llega a Manuel Antonio, uno de los lugares más hermosos del país.

Para los que gustan conocer más, de paso podrían darse un chapuzón en Matapalo, una playa con poco desarrollo de infraestructura y con olas picadas, como en toda la región, y poca gente.

Manuel Antonio ofrece arena blanca, agua cristalina, un parque nacional, discotecas, bares, restaurantes y sodas con precios variados.

“Me decían que era un lugar precioso, con aguas cristalinas. Y es cierto, es encantador. Comparado con Jacó y Puntarenas, es más limpio y ordenado. Hay variedad de precios. He escuchado de cabinas a ¢15 mil por dos días”, dijo la alajuelense Silvia Salazar.

Esterillos, a una hora de Manuel Antonio, yendo para Jacó, es otra playa espectacular para el surf, pero muy peligrosa para niños. “A mis hijos solo los baño en la orilla. No los puedo descuidar porque sé que el mar aquí tiene corrientes traicioneras”, expresó Randall Picado, de Cartago, quien disfrutaba con su familia.

Terminamos en Jacó. La más llena de todas, con gran cantidad de servicios y precios para todas las posibilidades. “Encuentro todo y está cerca. Iba a ir al Coco, pero me decidí por Jacó por cercanía y comodidad”, comentó el josefino Julio Salmerón.

Luego del terremoto percibimos menos turistas en Jacó y muchos autos en el Aguacate.

“Uvita es super tranquilo”

Zore Soto, en Uvita, disfrutó con sus hijos Joel, de 5 años, y Hilary, de un año, del mar, pero en la orilla. José Rivera.

Zore Soto Ramírez, de Hatillo 12, prefiere visitar la zona sur del país cuando sale de viaje, por la tranquilidad que encuentra, ideal para estar con su esposo e hijos.

“Es un lugar muy agradable, con poca gente. Hay senderos para caminar y para la noche hay bares, no discotecas”.

Reconoce que el mar es picado y que se debe tener cuidado con los niños.

“Solo los baño en la orilla, adentro hay mucho oleaje. Hay que estar con ellos siempre”, expresó Soto, madre de Joel, de 5 años, y de Hilary, de un año.

Dice que en servicios hay de todo, pero no en la misma cantidad que en otras playas y los precios son bastante accesibles. “Pagamos ¢15 mil en una cabina y traemos para cocinar aquí”.

La familia disfrutará de Uvita y cercanías hasta el 19 de enero, aprovechando las vacaciones del marido.

Jacó gana en comodidad

Héctor, junto con sus sobrinos Daniel y Alexandra Garita, su hijo Sebastián y su señora Adriana. J. Rivera.

“Me gusta por la cercanía, la variedad de precios y porque encuentro todos los servicios”, dijo Héctor Murillo, de Alajuela, quien visitó con su familia Jacó.

“Tenemos cinco años de venir todos los años, al menos dos veces al año. Ya conocemos y sabemos en qué lugares se puede ir por precio y calidad”.

En algún momento, Murillo pensó en cambiar Jacó por Puntarenas, pero siempre se decidió por el primer sitio.

“Lo que pasa es que hacia Puntarenas hay mucho más tránsito. Uno se topa un montón de furgones en Cambronero. Y aunque en el puerto hay buenos precios, me atrae más la variedad de Jacó”, dijo.

Murillo iba de un día para otro, pero no cocinarían. “Presupuestamos ¢60 mil para venir en auto, mi esposa, mi hijo, dos sobrinas y yo”, explicó el alajuelense.

Isla frente a la costa

Este islote es conocido como “El Árbol”. Cuando la marea está baja, se puede llegar a pie, en Canalito. José Rivera

Playa Canalito, en Pérez Zeledón, cuenta con unos 1.200 metros de playa y está tomada por pescadores.

El paisaje es precioso y sobresale una isla a 500 metros de la arena, cuando la marea está alta.

El pequeño pedazo de tierra es conocido entre los pobladores como “El Árbol”.

Si la marea está baja, usted puede llegar hasta la isla a pie, y encontrará una poza donde puede deleitarse con un chapuzón.

Si la marea está alta, los mismos pescadores lo pueden llevar en un bote a la isla por unos ¢10 mil.

“Aquí siempre está así, sin gente. Solo el 24 y el 31 de diciembre hubo muchos personas. También viene mucha gente en Semana Santa”, dijo Omar Morera, pescador de la zona.

Al pequeño islote se llega en lancha en unos cinco minutos.

En el lugar existen unos 30 pescadores y diez botes.

Morera comentó que la principal pesca es de pargo de exportación y lo hacen de forma artesanal.

Al bolsillo

En Manuel Antonio había cabinas desde ¢3 mil por noche o ¢15 mil por dos noches, hasta habitaciones de $212.

Un filete de corvina en Jacó, con papas y ensalada, lo puede conseguir en ¢2.500 .

El tour de ballenas, en Uvita (zona sur), cuesta $65 por persona. Incluye máscaras, agua, frutas, visita a cavernas y hacen descuento a grupos de entre ocho a diez personas. Puede encontrar cabinas equipadas a ¢25 mil la noche.

La entrada al Parque Nacional Marino Ballena, en Uvita, es de ¢1.000 para costarricenses. Los extranjeros pagan $6. Los “casados” varían entre ¢3 mil y ¢7 mil.

En Manuel Antonio, los precios de los “Banana Boat” promedian los $15 por hora. Un tour en snorkeling cuesta unos $35.