Rodolfo Martín
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Una heroica travesía de 11 días, marcada por una permanente lucha por la sobrevivencia, le permitió al profesor Benjamín Odio, de 28 años y al antropólogo Miguel Candelas, de 35, cruzar la Cordillera de Talamanca.
El recorrido comenzó el 28 de enero en San José Cabécar, en Limón y concluyó en Ujarrás de Buenos Aires de Puntarenas.
El no hacer la caminata en el sentido contrario, el toparse con el temporal de las últimas semanas y usar hojas cartográficas desactualizadas, sin los cambios que provocó en la topografía del Chirripó el terremoto de Limón, contribuyeron a que se les dificultara el camino a los amigos.
Así lo dijo Benjamín Odio, padre del profesor de Francés, que al igual que su amigo español, son dos expertos en este tipo de expediciones en la montaña.
Los muchachos se quedaron sin alimentos al sétimo día y para sobrevivir tuvieron que comer palmitos, insectos y hasta una serpiente.
“A lo largo de la travesía no paró de llover. Todo el tiempo estuvieron empapados. El frío resultó casi que insoportable y el viento inclemente. Ellos cuentan que por algún momento vieron caer árboles de roble y algunos cerros debido al gran temporal”, recordó el padre del joven Odio .
Las mayores lesiones las presentaban en los pies.
Fabio Sánchez, de la Cruz Roja local, agradeció el profesional trabajo del equipo que participó en la búsqueda, comentó ayer desde Buenos Aires.
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