Marsella / EFE. Lionel Messi tomó los mandos de Argentina y se convirtió en el motor de la selección, en su primer juego bajo las órdenes de Maradona.

En el amistoso contra Francia que se disputó en Marsella, Messi fue el alma ofensiva de la selección. “Jugó fantástico”, señaló el mismo Maradona.

“La pelota forma parte de su cuerpo. Es imposible quitársela. Pero cuando tiene que dar una mano al equipo se la da. Comprendió que estábamos con problemas en los primeros 20 minutos, que las líneas estaban muy separadas y que tenía que hacer esfuerzos con Agüero”, dijo Maradona.

El “Pelusa” había avisado que le pediría más compromiso a Messi y el jugador no dejó escapar la ocasión de demostrar.

Una internada suya, en el minuto 16, fue la primera ocasión del partido para los argentinos. El resto del juego nació también con frecuencia de sus cambios de ritmo. Messi estuvo muy marcado y no gozó de demasiados espacios, pese a moverse por todo lado.

No participó en el gol, que nació de una jugada de Sergio Agüero, otro que debutaba con Maradona, y originó el primer gol, obra de Jonás Rodríguez.

Messi logró el suyo al final. Corrían 82 minutos. Inició un contraataque que derivó en Tevez. El delantero se llevó a su marcador unos cuantos metros, enganchó hacia el centro y encontró a Messi. Él metió el turbo, rompió a Philippe Mexss por afuera y definió violento al primer palo: fue el 0-2.

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