Esteban Rojas y Franklin Arroyo
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Convencer a primeros votantes desencantados como Randy Bolaños, de 18 años y vecino de barrio Pacuare de Limón, será una de las tareas claves para los partidos en los próximos comicios.
“No gasto pólvora en zopilotes y no me gustaría que me vinculen con la política”, afirmó Bolaños.
Él es parte de los 264.797 jóvenes que podrán votar por primera vez en las elecciones presidenciales del 7 de febrero del 2010, pero asegura que ninguno de los partidos políticos llena sus expectativas.
Héctor Fernández, coordinador de programas electorales del Tribunal Supremo de Elecciones (TSE), explicó que el mayor grado de abstenconismo se da hoy en los electores entre los 18 y 35 años.
En este rango de edad se presenta un abstencionismo superior al 30 por ciento.
Fernández explicó que después de las elecciones presidenciales del 2002 los grupos de mayor abstencionismo pasaron de las personas de 35 años o más a los menores a esta edad.
Para captar la atención de la juventud, partidos y candidatos no solo deberán depurar su imagen, sino meterle el bisturí a temas como la delincuencia, la pobreza, el medio ambiente y el narcotráfico, dijeron jóvenes consultados por Al Día.
Un estudio publicado en el 2005 por el Instituto de Investigaciones Sociales de la Universidad de Costa Rica reveló que los jóvenes no se sienten identificados, integrados, ni tienen motivación para ir a votar.
Jorge Osorio, estudiante del Colegio Nuestra Señora de Sión, dijo que no le agradan los políticos y que deberían endurecer las leyes contra los delincuentes. “No voy a ir a votar”.
De manera muy diferente se expresa Diego Espinoza, de 21 años y vecino de Puntarenas. “Yo sí votaré”.
Los chicos “Twitter”
El presidente de Unimer, Carlos Paniagua, explicó que para la campaña política que arrancará a partir del 7 de octubre, los candidatos tienen el reto de convencer a los jóvenes en cuanto a que el trabajo que han realizado es positivo y beneficioso para el país.
“Este grupo quiere que se demuestren logros y cosas concretas”, comentó Paniagua.
Apuntó como una desventaja en el caso del Partido Acción Ciudadana (PAC) la dificultad de mostrar los resultados de su gestión, situación opuesta al Partido Liberación Nacional (PLN), en el gobierno.
Otro de los factores que serán relevantes en la campaña política es el uso de las herramientas tecnológicas.
Según Paniagua, los candidatos deben cambiar la forma de hacer las cosas para no caer en “lo tradicional, que no tendrá éxito en la campaña”.
La conexión con las redes sociales, correo electrónico y mensajes de texto, podrían convertirse en un protagonista importante en la campaña.
José Alberto Rodríguez, de Demoscopía, asegura que la mayor variación en el perfil de los votantes se da en quienes apoyan a cada candidato. En el caso de Laura Chinchilla, candidata del PLN, es más “apoyada por las mujeres, gente joven y de mediana edad”.
Mientras, Ottón Solís, del PAC, llega “debilitado por una inoperancia y una falta de producción política en la Asamblea”, dijo Rodríguez. Agregó que el PAC representa al moralismo y Chinchilla a un grupo más heterogéneo, más al centro político-ideológico del país.
El jefe de campaña de Solís, el diputado Francisco Molina, insiste en que los nuevos electores son los que podrían definir la próxima elección presidencial. Francisco Chacón, asesor de la campaña de Chinchilla, dijo que la sola postulación de “Laura representa un cambio importante en la política costarricense”.
Afirmó que el buen manejo de las redes sociales, realizado durante la precampaña, le ayudó a acercarse a los jóvenes.
Rodolfo Sotomayor, presidente de la juventud del PUSC, expresó que utilizarán las redes sociales e insistirán en la creación de fuentes de empleo para los jóvenes.
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