Alexander Aguilar
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Chicago. El United Center es visto en Chicago más como un emblema que como un gimnasio de baloncesto. Esta fue la casa donde voló el más grande jugador de baloncesto de todos los tiempos: Michael Jordan.

Una estatua suya da la bienvenida en unas instalaciones que no deslumbran a la vista por su belleza y modernidad, pero sí embrujan con solo saber lo que allí adentro se gestó, al lograr seis cetros con los Bulls en los noventas.

Al pie de la estatua de bronce de Jordan se lee, una vez traducido: “Lo mejor que hubo. Lo mejor que habrá jamás”.

En los alrededores del United Center cientos de turistas locales y extranjeros se dejan llevar por ese fresco recuerdo que aún prevalece. Jordan todavía atrae a propios y extraños, su sola imagen de bronce cautiva a grandes y pequeños, como lo hizo ayer con un grupo de estudiantes de Chicago que se tomaron fotos junto a su imagen voladora.

El United Center es llamado así por el contrato que existe con la empresa United Airlines, que año a año paga $1,8 millones (¢1.053 millones) para promocionarse en uno de los escenarios más emblemáticos de la NBA, con capacidad para 21.711.

Un gimnasio que también es casa de los Blackhawks de hockey sobre hielo y donde hubo espectáculos musicales con artistas como Rolling Stones, Red Hot Chili Peppers, U2 y Paul McCartney.