Hugo Solano
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Filas de carros hasta de ocho kilómetros se formaron ayer en la pista a Alajuela, cerca del puente Juan Pablo II, por el derrame de aceite quemado que llegó a la carretera después de un incendio que destruyó la bodega de la empresa JCB, en La Uruca.
El fuego se inició a las 8:10 a.m. y dos minutos más tarde los bomberos recibieron la alerta. Al llegar ardía la bodega de 700 metros cuadrados de la empresa, dedicada a la venta de repuestos para maquinaria pesada.
Según el dueño, Juan Carlos Bolaños, preliminarmente las pérdidas se estiman en ¢300 millones producto de la maquinaria, repuestos, llantas y aceites que se quemaron.
Melvin Calderón, jefe de bomberos, narró que atacaron el fuego con agua, pero al ver que lo que se quemaba eran aceites usaron espuma.
En cuestión de 14 minutos unidades de Pavas, barrio México y San José controlaron el fuego que destruyó la totalidad del local de dos plantas, ubicado 75 al sur y 25 al oeste del puente Juan Pablo II, En ese mismo lugar el 8 de abril del 2005 se quemaron seis locales en la antigua Pepsi Cola.
Algunos testigos y el mismo gerente expresaron a Al Día que un funcionario estaba trabajando con un disco eléctrico para cortar metal, pero una chispa fue a dar a una caja de aceites envasados y cuando el operario se dio cuenta, el local ardía.
A como pudieron sacaron los carros y maquinaria pesada, por lo que los vecinos pensaron que era un terremoto, ya que el suelo cimbraba por las máquinas.
Pese a ello, se quemaron tres montacargas, una miniexcavadora, centenares de galones de lubricante especial y el inmueble de dos plantas, que no tenía seguro.
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