Domingo 26 de julio de 2009, San José, Costa Rica
Nacionales | Guanacaste es ahora tierra de contrastes
Sabaneros en peligro de extinción
Cada vez hay menos “guanacos” de pura cepa en la provincia
  • AlDia.cr
    Mercedez Sánchez arriaba ganado en Bolsón de Santa Cruz, al estilo antiguo, el tradicional. José Rivera.
  • AlDia.cr
    Adina Ramírez vende tortillas a ¢200 y a ¢30 la cuajada. Vive de cocinar con fogón para los trabajadores del campo. José Rivera.

Franklin Arroyo González
Colaboró:Alfredo AGUILAR.
farroyo@aldia.co.cr

El sabanero está en vías de extinción. Así lo asegura Álvaro Fonseca, un pampero de pura cepa, de aquellos que usaban albardas, polainas, alforjas, cutachas y de botas hasta la ingle.

El sabanero de antes vivía en extensas haciendas, ahora va con montura, sin chonete y en algunos casos en bicicleta.

Hoy, día de la Anexión del Partido de Nicoya, aquel Guanacaste folclórico y típico ha cedido espacios a la era moderna. Ahora en sus principales ciudades abundan los malls , los nightclubs y muchos de sus hijos ya no “apean” guayabas, juegan play station .

Guanacaste combina de forma deliciosa lo típico, lo salvaje y lo turístico. Sus gentes siguen siendo atentas y hospitalarias.

Lo típico

Bolsón y Ortega de Santa Cruz son pueblos donde huele aún al Guanacaste viejo.

El aroma a café chorreado, a cuajada, a fresco de limón criollo, a chorreada, a arroz de maíz, a boñiga y a cuita es común.

Álvaro, de Ortega, recuerda los bailes de fines de semana, multitudinarios y a marimba. Era trabajador. Se levantaba entre 3 a.m. y 4 a.m y saldaba a puñetazos el honor de las mujeres.

“Era bueno para el guaro, pero estaba al pie del cañón los lunes en la condición que fuera, para trabajar. También era mujeriego . Pero ellas tenía su carácter”.

“Ya no quedan así”, comenta indignado cuando algunos jóvenes le dicen “polada” a un “guipipia”, a las marimbas, a los pañuelos o a los bailes típicos.

“Ya no es igual. Se ha perdido el respeto. Ahora sale una muchacha embarazada y se queda con los papás. Antes la expulsaban del colegio y los padres no la recibían en algunos casos”.

Olimpia Fonseca, una mujer de armas tomar de aquellas épocas, también coincide con que los tiempos han cambiado.

“Andaban vestidos generalmente de pantalón de mezclilla, botas de cuero, sombrero de lona y camisa común y corriente. Ya no existen esos sabaneros. Ahora existe el guanacasteco que se asemeja, pero aquel auténtico sabanero que había en la Hacienda El Viejo, o el Pelón, ya no se ven”.

Moderno

Hoy en día conocemos un Guanacaste más moderno. Liberia, por ejemplo, no tiene nada que envidiar a las cabeceras de provincia del Valle Central.

Allí abundan los malls , las comidas rápidas, los cines, los bares y los nightclubs .

Tamarindo es una verdadera ciudad de playa con condiciones de infraestructura que no tienen Alajuela ni Heredia.

Para quien gusta de los volcanes, también tiene entre ellos al Rincón de la Vieja, de los más hermosos y único activo de la provincia, que libremente se adhirió a nuestro país hace 185 años.

  • AlDia.cr
    Evelio y su pupilo Deomedes Álvarez. José RIvera.
Marimbero enseña arte

Uno de los marimberos más reconocidos de la zona, Evelio Cascante, enseña a tocar ese instrumento a cuatro jóvenes de la zona de Ortega y Bolsón.

Es una forma de perpetuar la tradición de las marimbas, tan propia de Guanacaste y tan representativa del folclor pampero, pero que, según Cascante, ha decaído porque a los jóvenes no les gusta.

“Les estoy enseñando sobre todo para mantener la tradición. Son cuatro muchachos de entre 13 y 16 años a los que les gusta. Les hago una prueba para ver si tienen oído musical”, comenta.

“Vamos a eventos. Nos llaman y algo se ganan en cada actividad”, expresa Cascante, quien toca desde los 18 años y posee una marimba valorada en ¢2,5 millones.

El alma del folclor pampero

De las figuras sobre las cuales se desarrolló la vieja hacienda ganadera, el sabanero es el personaje más emblemático. Su modo de vida y su perfil sociocultural impregnó las diversas actividades de la economía ganadera regional, desde la artesanía, la vestimenta, la música y los bailes.

Su experiencia de vida es inspiración de poetas, músicos y escritores.

Pese a los cambios socioculturales, es el personaje de las tierras ganaderas por su carácter valiente, alegre, soñador, jocoso y tenaz, y por su particular forma de vestir y hablar.

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