Esteban Rojas Sáurez
erojas@aldia.co.cr

Desde hace un par de semanas, el antiguo estadio Padre Turcios, ubicado en barrio Don Bosco, se empezó a transformar.

Ahí, 40 trabajadores del otro lado del mundo instalaron un campamento para construir las casas donde vivirán, temporalmente, un total de 600 de sus paisanos, que vendrán a levantar el nuevo Estadio Nacional, en La Sabana.

Traen de todo, desde su maquinaria y cocineros hasta cigarros “hechos en China”.

Si bien su idioma es incompresible para la inmensa mayoría de nosotros y su cultura muy diferente a la nuestra, su trabajo y respeto son de admirar.

Entre los laboriosos visitantes está Daniel Song, trabajador de la empresa Anhui Foreign Economic Construction (AFEC), encargada de las obras en el nuevo recinto deportivo, quien aprendió español en España y ha estado en distintos países del mundo.

Es un hombre joven, de pocas palabras, de estatura mediana y delgado como la mayoría de los trabajadores orientales.

Por ser uno de los pocos que hablan nuestro idioma es el más buscado. “La gente es buena y muchos llegan a pedir trabajo, pero, por ahora, no estamos reclutando a nadie”, comentó Song.

Los 40 chinos viven, de manera temporal, en unos apartamentos en Sabana Sur. Tienen un convenio con el dueño del inmueble, explicó Song.

“Cada uno tiene suficiente espacio y nuestro cocinero es el que prepara los alimentos. Compramos verduras y arroz, y hacemos comida china original”, añadió Daniel Song, quien ya probó el gallo pinto, pero reconoce que no todos los trabajadores quisieron comer nuestro platillo típico.

La empresa china compró una microbús para llevarlos de los apartamentos a La Sabana.

En Don Bosco, se construyen los dormitorios, una cocina y baños que usarán desde los obreros hasta los directores del proyecto.

Se espera que dentro de dos semanas estén terminados.

El orden es una de las principales virtudes de los chinos. En Turcios, mientras unos terminan de colocar la cerámica de la cocina, otros se ocupan de los marcos de madera de las ventas y de ajustar las puertas.

En este lugar, no se ven bolsas de cemento tiradas por aquí y por allá, ni regueros; los orientales mantienen su lugar de trabajo limpio.

George Lee, asesor de AFEC, explicó que les gustaría avanzar más rápido, pero están a la espera de la llegada de un contingente de 144 chinos.

Estos arribarán dentro de semana y media.

En ese grupo están los funcionarios del Gobierno que participarán en la colocación de la primera piedra, que será el próximo 15 de marzo, de acuerdo con lo programado.

El Estadio Nacional deberá estar terminado en noviembre del 2010, bajo el sistema de llave en mano; es decir, lo entregarán listo para estrenar.

¿Qué opinan los vecinos de barrio Don Bosco? Aseguran que los chinos son sociables y no representan ningún problema para la comunidad.

Katia Castro, por ejemplo, dice que no tiene inconveniente en que los chinos estén en su barrio.

Pequeños descansos

Los operarios comienzan sus labores a las 7 a.m. y finalizan a las 7 p.m.; descansan dos horas.

Afirman que el clima no es muy caliente, pero que los rayos del sol son muy fuertes.

A principio de febrero, hicieron un corte en su jornada laboral para celebrar el año nuevo chino con una pequeña fiesta, en la cual brindaron con licor de su patria. “Es una celebración tan importante como la Navidad para ustedes. Hicimos una fiesta con comida y brindamos y conversamos. Estuvimos muy contentos, esta es una actividad familiar. Aunque estamos aquí trabajando, había que hacer algo”, indicó Song.

Cuando terminen obras

Los chinos están en nuestro país bajo la modalidad de proyecto específico. Esto significa, según el director de Migración, Mario Zamora, que el premiso migratorio termina cuando finalicen las obras en el Estadio.

“Es poco probable que busquen quedarse porque son trabajadores especializados; tienen una capacidad técnica importante en el montaje de obras”, señaló Zamora.

El viceministro de Trabajo, Eugenio Solano, explicó que la contratación de los asiáticos se rige por el Código de Trabajo de Costa Rica.

“Deben tener seguro social y otros derechos laborales, porque se aplica el principio de territorialidad”, dijo Solano.

La ministra de Salud, María Luisa Ávila, indicó que estarán atentos a las condiciones en las que viven los nuevos vecinos llegados “del otro lado del mundo”.

Marianela de Gómez viajó desde Alajuela para hablar con el encargado de la construcción.

“Esta obra es una gran oportunidad, vine a ofrecerles servicio de alimentación. Yo tengo experiencia en lo que tiene que ver con el tema de alimentos”, comentó el jueves anterior.

Doña Marianela trabaja en comercio, pero la situación, como a muchos otros costarricenses, se le ha puesto difícil. “Nosotros hacemos pulpas de frutas, pero ahora todo está costando un poco más”, expresó.

Daniel Song, asesor de la compañía china que construirá el Estadio, le explicó que por ahora no hay posibilidad de contratarla.

Por día, más de 50 personas se acercan a barrio Don Bosco y La Sabana para averiguar por los puestos de trabajo que generará la construcción.

George Lee, otro asesor de la empresa china, explicó que a partir del mes de abril empezarán a analizar la posibilidad de ir realizando contrataciones.

Qicheng Luo de 34 años es uno de los supervisores de operación de la empresa Anhui Foreign Economic Construction, está casado y tiene un hijo.

No habla español, pero está orgulloso de trabajar en Costa Rica.

Con la ayuda de nuestro amigo traductor Daniel Song, Qicheng comentó que la empresa le brinda la posibilidad de comunicarse con su familia por medio de Internet y mediante llamadas internacionales.

Qicheng llegó con el grupo de los primeros 40 chinos que laboran en el josefino barrio Don Bosco construyendo las casas donde se alojarán mientras se construye el nuevo Estadio Nacional.

“Estamos trabajando para terminar las obras en el tiempo establecido”, comentó.