Juan Diego Villarreal
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¿Su comida favorita?

La italiana, por los ingredientes, sobre todo las que traen aceitunas, porque me encantan.

¿El mejor día de toda la semana?

El sábado. Es un respiro para mí y uno espera ansioso el domingo, por los partidos.

¿Un pasatiempo?

Me gusta escuchar música, leer y además paso mucho tiempo realizando mis trabajos de la Universidad, pues estudio arquitectura.

¿Tiene alguna semejanza la arquitectura con el fútbol?

La arquitectura es una carrera donde ayuda mucho la imaginación, la creatividad y en el fútbol es algo de lo que más llama la atención, sobre todo con jugadores imaginativos, pues son los que gustan al público y hacen cosas diferentes en el terreno de juego.

¿Los profesores lo tratan diferente por ser jugador del Saprissa? ?

Me tratan diferente de una buena forma, porque a veces uno debe faltar a clases y ellos lo comprenden, lo entienden y saben que es mi trabajo.

¿A los cuántos años se vino de su pueblo, San Gerardo de Rivas en Pérez Zeledón, para vivir en San José?

A los 17 y lo que más me hizo falta fue mi familia.

La gente dice que en Pérez hay mujeres muy bonitas. ¿Piensa usted lo mismo?

Bueno, es cierto, soy de allá y por dicha tengo una de Pérez. Ella se vino a estudiar acá y tenemos cuatro años de ser novios.

Su papá, Francisco Elizondo, ha corrido todas las ediciones de la Carrera Chirripó. ¿Alguna vez lo ha retado?

No, jamás. No le llego ni a las rodillas. Él tiene una condición física excepcional. Una vez intenté subir el Cerro y si acaso aguanté dos kilómetros, por eso lo admiro.

¿Cómo lleva la crisis?

Hay que ahorrar y evitar gastos innecesarios. Como vivo solo, trato de cocinarme bastante y no comer tanto afuera. Le dije a mi papá que me mande frutas y verduras de la finca, para no comer comida chatarra.

¿Qué le manda su papa?

Plátanos, ayotes, chayotes, culantro, rábanos y frutas. Imagínese que una naranja cuesta como ¢150 y mi papá me manda un saco gratis.

¿Se defiende bailando?

Sí, siempre que salgo con mi novia, me gusta bailar un “poquito” de todo.

¿Dónde prefiere pasarla?

Soy de la montaña, me crié al pie del Cerro Chirripó y la verdad, siempre me ha gustado más el frío que el calor.