Antonio Alfaro
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Hay bromas pesadas, inofensivas, bromas de todo tipo, pero quizás ninguna con tantos millones ni tantos cómplices.

Sucedió durante un partido del baloncesto universitario en EE.UU entre Maryland y Wake Forest, con la participación de todos los asistentes en contra de uno solo, según describe el diario español Marca.

“En el descanso del partido, un programa de la MVT hizo creer al inocente que si metía una canasta desde el centro del campo con los ojos tapados, ganaría la friolera de medio millón de dólares”.

“Mientras el incauto estaba dentro de las instalaciones rellenando unas instancias, el presentador pidió la colaboración de los miles de espectadores que estaban en el pabellón”.

El pobre aficionado volvió al centro de la cancha. Había gran expectación. Le vendaron los ojos. ¡Y lanzó...!

Falló, como era de esperar. Pero la reacción del público, según lo planeado, festejaba asombrada el supuesto enceste. Él también festejó a lo loco, hasta que le informaron de la broma.

¿Muy pesada? Pues al parecer fue la dulce venganza de un amigo, víctima suya con una broma de no menos calibre. En un juego de béisbol de los Yanquis, emitieron en la pantalla gigante una propuesta de matrimonio a su novia... ella aceptó, pero él (que no sabía nada del mensaje), negó la proposición y se llevó un sonoro bofetón de la indignada novia.