Jueves 12 de marzo de 2009, San José, Costa Rica
Nacionales | Juicio Caja-Fischel
Calderón consultó por apertura de cuentas
Llamó al procurador general y al presidente del BAC San José
  • AlDia.cr
    El procurador general, Farid Beirute (de pie), compareció ayer, entre las 10 y 11 de la mañana. Jorge Castillo.

Ronny Rojas
ronnyrojas@aldia.co.cr

Cuando el expresidente Rafael Ángel Calderón supo que la Procuraduría General de la República había solicitado la apertura de cuentas bancarias en Panamá, en el 2004, llamó al procurador general adjunto, Farid Beirute, para consultarle si había recibido la información de aquel país.

También llamó al presidente del BAC San José, Ernesto Castegnaro Odio, y le preguntó cómo funcionaba el levantamiento del secreto bancario en Panamá.

Ambas llamadas fueron confirmadas ayer por Beirute y Castegnaro, quienes comparecieron, por separado, como testigos en el juicio Caja-Fischel.

El abogado de Calderón, Juan Marcos Rivero, evitó comentar sobre el tema. “El análisis final me lo reservaré para la etapa de conclusiones”, dijo a Al Día.

Llamó preocupado

El procurador contó ayer que, durante la llamada telefónica, Calderón le dijo: “Qué tirada, eso me tiene preocupado porque aparentemente hay gente del partido (PUSC) involucrada en el tema”.

Beirute le respondió que no había recibido nada aún.

Según el funcionario, la Procuraduría pidió a Panamá la apertura de varias cuentas, a petición del Ministerio Público.

Entre ellas, las de las firmas Marchwood Holding y Harcourt Holding, ambas propiedad del expresidente de la Corporación Fischel, Walter Reiche.

De la primera salieron los fondos para comprar la casa en Santa Ana, en la cual vivía el expresidente de la Caja, Eliseo Vargas.

De la segunda cuenta, Reiche giró a favor de Calderón $520.500, mediante certificados y varios depósitos, según la Fiscalía.

El 20 de setiembre del 2004, Calderón volvió a llamar a Beirute, para contarle que depositaría en una cuenta del Estado el dinero que recibió por su participación en el proyecto Finlandia.

“Me dijo que en 15 minutos daría una conferencia de prensa, pero no reconocía su culpabilidad”, recordó el procurador.

Tras estas llamadas, Beirute, quien es amigo de Calderón y fue su compañero en el colegio y la universidad, se apartó del caso.

Llamó por nexo de amistad

El siguiente es un extracto del interrogatorio del fiscal Juan Carlos Carrillo al procurador Farid Beirute:

¿Recuerda la fecha en que recibió la llamada?

No recuerdo, pero fue antes del 4 de setiembre del 2004.

¿Qué le preguntó Rafael Ángel Calderón Fournier?

Me preguntó si ya había recibido respuesta de la nota que envié a Panamá. Le dije que no.

¿La llamada fue antes o después de que don Rafael Ángel estuvo en prisión?

Fue antes.

¿Le preguntó don Rafael Ángel qué tipo de información solicitó a Panamá?

No recuerdo si me preguntó.

¿En qué consistía la preocupación de don Rafael Ángel Calderón?

Se estaba solicitando la apertura de la cuenta de Marchwood Holding, el análisis de otras transacciones de esa cuenta y en otros bancos panameños. Me imagino que esa era la preocupación que él tenía. Al final me dijo que en la información que podría llegar podrían aparecer gentes de su partido involucradas.

¿Le dijo cuáles personas?

No, no.

¿Por qué don Rafael Ángel le comentó a usted que iba a reintegrar el dinero?

Por el nexo de la amistad existente. Creo que él consideraba que esa era una manera para que la Procuraduría se diera por satisfecha, en cuanto al posible daño causado.

Beirute se queja de la prensa

El procurador, Farid Beirute, se quejó ayer de la prensa por su “maledicencia”, durante su participación como testigo en el juicio Caja-Fischel.

Beirute hizo la mayoría de sus referencias al papel de la prensa en el caso Caja-Fischel, durante el interrogatorio de Juan Marcos Rivero, defensor del expresidente Rafael Ángel Calderón.

“Para un sector amarillista de la prensa, el funcionario público es vagabundo, es corrupto, no sirve, es inepto y se presta a chorizos”, declaró el procurador, a una de las preguntas de Rivero.

Sin precisar nombres, Beirute indicó que en el 2004 algunos periodistas insinuaron que la Procuraduría estaba ocultando información.

Explicó que se apartó del caso Caja-Fischel para evitar que su amistad con el expresidente Calderón “manchara el nombre de la Procuraduría”.

Aseguró sentir que un sector de la prensa tenía más información sobre el caso que él. “Parecía que ellos habían visto la película que yo no conocía, hacían las preguntas sabiendo cuál sería el final”.

El escándalo Caja-Fischel surgió el 21 de abril del 2004, tras una investigación del diario “La Nación”.

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