Carlos Freer, cineasta
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Una gran ampliación de la pared del estómago supuestamente afectada. Un fondo de distintos tonos, hasta formar un contraste a conveniencia del ojo observador.
Esas dos facultades, ampliación y contraste, forman parte de la tecnología de punta propia del videoestetoscopio que estrena el Centro de Detección Temprana del Cáncer Gástrico.
Una gentil invitación de parte de la señora Milagro García, secretaria de la directiva de la Junta de Protección Social, me permitió ser testigo de la entrega de esa maravilla tecnológica que la Junta donó al Centro, ubicado en el Hospital Max Peralta de Cartago.
Milimétricas fisuras, heridas o cicatrices observadas a tiempo hacen la diferencia entre la vida y la muerte, y un ojo experto y avizor, como el del médico José Pablo Cortés, especializado en Japón, es clave para marcar esa vital diferencia.
Lo más valioso de esa visita fue encontrar gente preparada y abnegada, dando todo de sí para acabar con ese flagelo, que, gracias a sus afanes, han logrado el milagro de rebajar en un 55 por ciento la mortalidad de cáncer gástrico en Cartago y los Santos.
Una asociación empeñosa y trabajadora con médicos como el Dr. Silesky Guevara en su seno, una dirección del Centro a cargo del Dr. Solano Montero, muchos trabajadores de la salud y el renovado espíritu de la Junta de Protección están haciendo el milagro.
Ojalá lo continúen con el albergue que se proponen edificar. Prometo contarles más.
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