Juan Diego Villarreal
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Alajuela. Después de la derrota el domingo ante el Brujas (2-0), el técnico de Alajuelense, Marcelo “Popeye” Herrera, sentenció que se había quedado sin palabras.

Herrera conversó ayer con la prensa en el estadio Alejandro Morera Soto, tras la práctica matutina, donde reiteró su apoyo al grupo y al trabajo que desarrolla en el plantel, a pesar de los pésimos resultados.

Al consultarle si habría un complot en su contra, dijo: “Me daría cuenta, uno presiente ese tipo de cosas y ya me habría ido”.

“Hasta el domingo había recibido respuesta del grupo, pero (ante Brujas) ha sido duro, esa respuesta no estuvo y es preferible hacer silencio y esperar recuperar la mística y el fuego sagrado”, puntualizó el argentino.

No lo expresó, pero en sus palabras se denotó el desencanto por el trabajo de sus pupilos en el “Cuty” Monge, ante los brujos.

“Estoy seguro que los muchachos, en el próximo partido (contra P. Zeledón, el domingo) van a entregarlo todo en la cancha”.

La directiva eriza hoy se reunirá con el estratega, como parte de su evaluación trimestral y, según sus palabras, “solo se adelantó un par de semanas, es lo normal. Antes se dio, cuando fuimos a la final, y nadie se acordaba”.

Herrera dijo que “de nuestro futuro no puedo decirles nada. Vamos a respetar las pautas de mi contrato hasta junio, salvo que (la Directiva) diga otra cosa”.

Herrera conoce la frustración del aficionado, pero sostiene que no es algo nuevo y a él le tocó empezar el cambio del club.

“La Liga está creciendo despacito, hay que ser positivos. Con un presupuesto más bajo, el cambio de gramilla y de los jugadores, hay que tener paciencia”.

Lo dijo

“No creo que estemos tan desastrosamente mal, aún tenemos el chance de clasificar y estoy convencido que podemos lograrlo”.