Patricia Recio G.
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Desde que estaba pequeño aprendió el oficio que lo apasionaría por el resto de su vida.

A sus 79 años y tras más de 40 de vender papalotes en la Sabana, Neftalí Castro asegura que no hay nada mejor en la vida que volar uno de estos pájaros de papel.

Este arte contempla fabricarlos y también saber cómo elevarlos según el soplar del viento, que es el secreto para mantenerlos en el aire, pues sostiene que “se volvería loco” si tuviera que dejar de hacerlos.

¿Desde hace cuánto fabrica papalotes?

Toda la vida, mi papá me enseñó desde que estaba muy pequeño, aquí en la Sabana vendo desde hace 40 años.

¿Por qué le gusta tanto este oficio?

Para mi es muy especial, nosotros éramos muy pobres y siempre recibíamos un papalote fabricado por mi papá como regalo en las ocasiones especiales.

¿Cuáles papalotes diseña?

Los barriletes que son los más grandes, cometas, el original que es el pequeñito y también hago estrellas y gemelos.

¿Cómo se hace un papalote?

Lo primero es conseguir la caña para las varillas, antes las iba a sacar del río Tiribí pero tuve un accidente y me lesioné la cadera, entonces ahora envío a un chiquillo para que me las corte, luego cuando están secas se cortan con sierra en los tamaños que será el papalote. Se hacen los marcos y se empapelan, se hacen los frenos y mi señora me confecciona los adornos y pica las alas.

¿Cuánto tiempo tarda haciendo uno?

Duro dos días para hacer 40, casi que los hago a ojos cerrados, si tengo que cortar la caña y todo el proceso puedo durar cuatro días confeccionando esa cantidad.

¿Qué significa ver volar un papalote suyo?

Me encanta, es una gran alegría verlo elevarse. Es una moda que nunca pasa, hasta los viejitos llegan a volar papalotes.

¿A usted le gusta volar los que hace?

Claro, para mi es muy bonito porque me trae muchos recuerdos de cuando estaba chiquitillo, recuerdo que nos llevaban a Plaza Víquez cuando había fiestas y volar papalotes era una gran emoción.

¿Qué es lo más importante que debe tener un papalote para que se eleve bien?

Los papalotes que yo hago ya llevan el viento adentro (risas). El secreto está en que sea bien colorido, la ciencia va en los frenos, que son tres hilos arriba y dos abajo, todos van amarrados en el puro centro.

¿Y el secreto para lograr elevarlo?

La técnica es ir alimentándolo poco a poco sin hacer enredos, entre más viento hace, ir jalándolo suavecito para que vaya agarrando el viento. Muchas veces lo que hago es que cuando me los compran se los doy elevado.

¿Cuáles diseños son los más especiales que le han encargado confeccionar?

Una vez un señor me encargó un barrilete enorme, hace un tiempo unos cubanos me pidieron uno especial para el cumpleaños de Fidel Castro que decía “Fidel te queremos en Costa Rica” y hace poco una señora me pidió unos para una carrera de caballos con colores especiales.

¿Usted enseña a otros cómo hacer papalotes?

Sí, antes daba clases en las escuelas; me daba mucha lástima porque solo me daban una hora y a veces los chiquitos se quedaban llorando porque en una hora no se logra mucho.

¿A sus hijos les ha enseñado a fabricar los papalotes?

Solo una aprendió y porque le enseñé al yerno y él le enseñó a ella después de casada. Tengo una nietita de 5 años que vive aquí conmigo, se llama María Milagro y ella sola se hace sus papalotes, la dejo que gaste papel y le ponga cromos y todo lo que quiera para que la tradición no se pierda.

Aves de papel

Neftalí Castro Cárdenas.

Edad: 79 años.

Vive en: Hatillo con su esposa María de los Ángeles Porras. Tienen 60 años de casado.

Hijos: Tiene tres, Sandra, Marissa y “Trinita”, además cinco nietos y un bisnieto.