Domingo 1 de noviembre de 2009, San José, Costa Rica
Sucesos | En Cariari de Pococí
Acribillan de 5 balazos apirata Chocoleta y huyen
En asiento trasero se hallaron casquillos de 9 mm
  • AlDia.cr
    La búsqueda de indicios en la escena duró varias horas para los agentes del OIJ. Réiner Montero.
  • AlDia.cr
    Lugareños no creían lo ocurrido. Jairo Cordero.

Carlos Láscarez S. y Réiner Montero, corresponsal
clascarez@aldia.co.cr

Cariari.- De cinco balazos en la cabeza, desconocidos asesinaron ayer a un taxista informal al que al parecer habían abordado minutos antes en un punto cercano.

El homicidio quedó al descubierto ayer a las 5 a.m., luego de que varios peones que transitaban por la finca bananera Algarba ,en Cariari de Pococí, ubicaron el cuerpo dentro de un Nissan.

La finca se ubica a 6 kilómetros al norte de Cariari.

Al fallecido lo identificó el OIJ como Mario Francisco Arias Ávila, de 56 años y vecino de Las Brisas de Caribe de Cariari.

El taxista informal, quien era conocido como “Chocoleta”, fue encontrado dentro del vehículo y con cinco balazos en la cabeza. En el asiento trasero se ubicaron varios casquillos de 9 mm.

El sector donde fue dejado es de una sola entrada y salida, por lo que los homicidas lo habrían llevado ahí para evitar testigos.

La Fuerza Pública indicó que la víctima contaba con antecedentes por problemas de drogas, por lo que podría tratarse de un ajuste de cuentas o venganza.

Al sitio llegó su hermano Emiliano Arias, quien aseguró que desconocía los problemas que podría tener su hermano.

“Mi hermano era soltero y tiene una hija de 30 años que vive en Estados Unidos. Habitaba en la casa que otro hermano le había dado en La Rita”, afirmó dolido.

El oficial de la Fuerza Pública de Cariari, Adrián Fallas aseguró que estaban ante un ajusticiamiento, aunque no sabía por qué.

Tras la inspección efectuada por agentes del OIJ de Guápiles en los alrededores se hallaron tres casquillos más fuera del carro.

Víctor Hugo Barrantes, quien se gana la vida como lavacarros en Cariari, afirmó ayer que el fallecido llegó a pedirle que le levara el carro. Tras 30 minutos de trabajo le canceló ¢2 mil y se retiró. No notó nada extraño en él, dijo.

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