Carlos Freer, cineasta
cfreervalle@gmail.com

Estaba en quinto grado de la escuela. Iba feliz en el desfile del 10 de noviembre que todos los años se celebraba en Cartago. De pronto, se me arrima la niña Lía Quirós Orozco y me dice que debo leer la composición que hice sobre don Jesús Jiménez ¡subido en una tarima!

En ese instante me enteré que había habido un concurso y que mi redacción había ganado el primer premio entre los hombres (el de las mujeres –muy buena por cierto– la había ganado la recordada Carmencita Baldares Carazo) Bueno pues, a leer la composición, muerto de miedo, pero feliz.

¿Y qué se celebra el 10 de noviembre? Pues ni más ni menos que la declaratoria –hecha por don Jesús Jiménez– de la enseñanza primaria gratuita, obligatoria y costeada por el Estado, como lo mandaba la Constitución de abril de 1869, prohijada también por don Jesús.

“Esta fecha hermosa / del 10 de noviembre/ será para siempre / grato recordar”.

Así rezaban los primeros versos del himno a Jesús Jiménez, escritos por la educadora Albertina Fletes, con música de Luis Valle.

Pese a este fundamental paso, para casi todos los costarricenses la fecha del 10 de noviembre de 1869 –hace ya 140 años– ha pasado prácticamente inadvertida. Solamente en Cartago, con desfiles, ofrendas florales, y el canto arriba citado, se acostumbraba celebrar esta “fecha hermosa” .

Más adelante, los versos afirmaban: “Don Jesús Jiménez / que pensó en la infancia / de ella la ignorancia / quiso desterrar”.