Hannover / DPA. El mundo del fútbol alemán se vio conmocionado por la muerte del portero de la selección Robert Enke, que se suicidó ayer a los 32 años.
El arquero del Hannover perdió la vida al ser golpeado por un tren, en un paso a nivel en las inmediaciones de su domicilio.
“Fue suicidio”, informó el representante del jugador.
Así fueron los últimos minutos previos a la muerte de Enke: estacionó su auto a unos diez metros de las vías. Dejó su monedero sobre el asiento del acompañante y el vehículo abierto.
Luego habría caminado hasta el costado de las vías, hasta ser embestido por un tren regional que iba a Bremen.
Enke sufrió un gran golpe hace tres años al morir su única hija, Lara, de dos, a causa de una dolencia cardiaca congénita. En mayo pasado había adoptado con su mujer una bebé de pocos meses.
El domingo pasado jugó en el partido de liga contra el visitante Hamburgo, que acabó 2-2.
“Estamos todos conmocionados, nos faltan las palabras”, dijo el director deportivo del once germano, Oliver Bierhoff.
El presidente del Hannover, Martin Kind, afirmó que “el estado emocional de Enke era inestable, aunque la gente no se diera cuenta de ello. Seguía afectado por la muerte de la hija”.
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