Carlos Láscarez S.
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El traslado expedito al hospital San Juan de Dios del agente judicial Kenneth Monge Quirós, de 34 años, evitó que él falleciera, afirmó ayer el jefe de Cirugía, Warner Rodríguez Ávila.

Monge permanece delicado en la unidad de Cuidados Intensivos de ese centro, donde ayer fue operado para reparar tejidos, ya que anteayer lo que se hizo fue controlar el daño tras recibir un balazo en el estómago, cuando investigaba a cuatro hombres en Hatillo.

Su agresor, de apellido Badilla, fue reportado como estable en la unidad Vascular Periférica, donde se mantiene bajo custodia de dos oficiales de Fuerza Pública.

El oficial sufrió una lesión vascular e intestinal. El disparo le afectó la vena ilíaca del lado izquierdo, lo que puede llevar de manera rápida a la muerte.

“Lo más importantes es la atención y traslado oportuno hacia un centro que tenga condiciones para abordarlos. Hay que buscar formas de cómo agilizar el tránsito”, aseguró Rodríguez.

Chalecos no aptos

Ante la suerte que corrió el agente Monge, así como otros dos que han fallecido durante las últimas semanas, Álvaro Rodríguez, secretario general de la Asociación Nacional de Investigadores Criminalistas (ANIC), afirmó ayer que existe carencia de chalecos antibalas y los que tienen están en mal estado.

“Lo que pasa es que hay chalecos grandes o muy pequeños. Son chalecos que se usan para allanar y no del tipo ejecutivo que usa por dentro de la ropa. Si fuera parte del uniforme lo tendríamos asignado como lo es el arma, las esposas y el carné”, señaló Rodríguez

Agregó que en el caso de los agentes fallecidos en el cumplimiento de sus labores, la póliza es porcentual, por lo que algunas familias reciben pensiones bajas.

Para el exjefe de OIJ y abogado Fernando Sánchez, los últimos hechos demuestran que las autoridades perdieron el respeto que antes había en la calle por parte de los delincuentes. “En el caso de los jamaiquinos arrestados la semana pasada hubo irregularidades. No se puede combatir una AK- 47 con una 9 milímetros”.