Domingo 25 de octubre de 2009, San José, Costa Rica
VIP | “Tipí” Royes. Cantante y cocinero
Por andar de puntillas
Cantante, cocinero, muy fiel a su grupo y a su esposa, así es la voz de Marfil que no se cansa de moverse.
  • AlDia.cr
    | José Rivera.

Isaac Lobo
ilobo@aldia.co.cr

Nunca se imaginó que andar descalzo sería motivo de su segundo bautizo.

Rogelio Royes, de 5 años, caminaba libre en su natal Limón, sin zapatos, hasta que una astilla se le clavó en la planta del pie.

Esto provocó que el pequeñito caminara de puntillas, incluso cuando ya estaba sano. “Era por puro chineo”, confiesa Royes. Una tía empezó a decirle “tipitapi” que es una derivación del inglés “tiptoes” (puntillas) y desde entonces todos lo llaman “Tipí”.

Hoy el cantante de Marfil, dueño de un restaurante caribeño en Tibás (el miércoles cumplió un año) se confiesa fiel a su esposa y al grupo.

Él nos confiesa el secreto para siempre verse igual, aunque pasen los años.

¿Se cansa más ahora que tiene un negocio propio?

Sí, me canso más. Porque llego de tocar a las 4 a.m. y me levanto a las 6:15 a.m. para llevar a los chiquillos a la escuela. Vengo, cocino en la “Cuchara de Tipí” y a las 9 a.m. me duermo un rato. A las 10:30 a.m. sigo mis labores. En la tarde trato de dormir.

¿Siente el paso de los años?

¡No, hombre que va!, vieras que no, en la tarima de vez en cuando bailo, no es como antes, pero brinco igual. Tengo mucha energía para dar.

Muchos dicen que hizo un pacto con el diablo, porque no envejece, ¿es verdad?

(Risas) Eso me lo dice todo el mundo, pero no. Lo que hago es alimentarme bien y casi no tomo licor. Tomo vitaminas y como mucha fruta.

¿Algún truco?

Hay uno muy bueno, cortar cáscaras de naranja y dejarlas secar y luego hacerse un té. También tomar té de hojas de guanábana, limpia la piel y la sangre. Como verduras y ensalada, arroz poquito y desayuno con galletas integrales.

¿Se ha hecho cirugías?

No todavía, no me hace falta. Ni me salen canas. Mi esposa me dice que no le he dado el gusto de verme como un algodón.

¿Ve la vida sin Marfil?

No. Tengo pacto conmigo y mis compañeros, los conocí pequeños y ya llevamos 41 años juntos. Soy fiel y respeto a mis compañeros. Jamás me iría del grupo, lo veo como una traición. Pienso que por eso hemos durado tanto.

¿Ha pensado cantar en solitario?

Vieras como me lo han pedido. A veces he complacido a la clientela con un par de canciones. Me ofrecen ir a fiestas a cantar solo y yo les digo que no, todo en grupo.

¿Le ofrecieron cantar en el extranjero?

Sí, una vez en Italia y en un grupo muy conocido en República Dominicana y lo decliné. Vamos a estar juntos hasta que la muerte nos separe o no podamos más.

¿Dónde consigue los trajes tan especiales?

Mi sobrino, Glen Royes, que vive en Brooklyn y es rasta tiene una tienda y me los vende. Él los trae de Camerún y de Barbados.

Si fuera un plato afrocaribeño ¿qué sería?

Un “rice and beans” con buen pollito y buena salsa, pero como el que hago yo. Me identifico porque es exótico, huele y sabe bien.

¿Quién le enseñó a cocinar tan rico?

Mi papá, pues mi mamá murió cuando yo tenía tres años, nunca la conocí porque yo era el menor. Él le enseñó a cocinar a sus 14 hijos y a hacer todos los quehaceres del hogar. Puedo decir que yo lavo mejor la ropa que una mujer. Mi papá nos mostró como sobrevivir, por aquello de que él muriera, así que también sé pintar casas, hago albañilería y coser.

¿Cuánto lleva casado?

Tengo 31 años de casado, cinco hijos y dos nietos y medio, porque uno está por nacer. Mi esposa, Jeanette Flores, es un ángel y la amo.

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