Evelyn Fernández, colaboradora
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La nueva carretera hacia Caldera tiene contento al futbolista Diego Madrigal, quien está más cerca de su pueblo y de sus “compas” del barrio.

“Antes duraba una hora y media de camino y ahora llego en 45 minutos”, comentó el joven.

Esto satisface al deportista porque puede ver a su familia y a los viejos amigos que mantiene en Turrubares, con quienes el futbolista acostumbra a vacilar como cuando era niño.

A Madrigal le encanta disfrutar –cuando puede– de largas tertulias con sus amigos en la esquina de la plaza, que está frente a la iglesia de su tierra, ya que pasa mucho tiempo en San José.

“Cada vez que voy a mi pueblo salimos a vacilar, vamos a ríos o bajamos frutas de algunos árboles ”, agregó.

El jugador también la pasa muy bien cuando su mamá cocina en casa, porque aprovecha para aprender sus recetas.

“Me encanta observarla, porque así es como he aprendido a cocinar en mi apartamento”.