México / AFP.- Familias de turistas estadounidenses que pasaban sus vacaciones en el estado mexicano de Baja California vivieron una “experiencia de pánico” tras el terremoto de 7,2 de magnitud de la tarde del domingo y las fuertes réplicas que siguieron.

“Vivimos una experiencia de pánico ya que veníamos viajando desde Puerto Peñasco”, comentó Adriana Milanés, una educadora estadounidense que regresaba a San Diego, Estados Unidos, con su familia, tras pasar vacaciones de Semana Santa en esa playa sobre el golfo de California.

El sismo que ocurrió hacia las 3:40 p.m., hora local, del domingo, justo cuando cientos de vacacionistas emprendían el regreso, provocó dos muertos y 233 heridos en el fronterizo estado de Baja California, así como daños a decenas de edificaciones, viviendas, puentes carreteras y hospitales.

La noche no fue nada tranquila, en medio de decenas de réplicas, la más fuerte de las cuales llegó a alcanzar los 5,4 en la madrugada del lunes, según el Instituto de Geofísica de Estados Unidos.

Las autoridades de Baja California no tienen una estimación de cuántos turistas quedaron atrapados, pero el gobernador del estado, José Guadalupe Osuna, comentó a la prensa que “muchas personas pasaron la noche en las carreteras”.

Adicionalmente, debido a los problemas en el suministro de electricidad y agua, los hoteles de la zona afectada cerraron sus puertas.

“En las gasolineras había gente haciendo fila para cuando regresara la luz poder abastecerse de combustible. En un supermercado había compras de pánico, sólo te dejaban entrar por grupos”, relató Milanés.

Por ello, la familia de la turista tuvo que dividirse en el viaje de regreso. Ella emprendió la vuelta en un auto con sus dos hijos mientras que sus padres y hermanos se quedaron pasando la noche en otro auto en San Luis Colorado, cuando les sorprendió el temblor.