Hugo Solano
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San José- Un taxista de apellidos Segura Salazar deberá descontar 20 años de cárcel por el asesinato de Jacqueline Corrales Salazar, exnovia del sujeto que tenía 17 años más que ella.

Fue el mismo taxista el que alertó a las autoridades y dijo que estaba herido en el cuarto 24 de las cabinas y restaurante Rancho Tico, a las 12:15 a.m. del 24 de marzo del 2009.

El hombre presentaba unas heridas y según el médico que lo atendió eran superficiales.

La mujer yacía degollada en la cama de la habitación a la que había entrado con el taxista 10 horas antes.

Llegaron en un Hyundai, vehículo que Segura, de 42 años, usaba para trabajar como taxista desde hacía dos años. El OIJ lo confiscó como parte de las investigaciones.

El Tribunal Penal de San Ramón condenó a Segura por homicidio calificado con alevosía y ensañamiento.

Al parecer, la pareja tenía tres meses de salir y por razones que se desconocen discutieron dentro de la cabina y sobrevino el crimen provocado con un puñal, que las autoridades recuperaron en el cuarto.

También se incautaron unas tijeras que presumiblemente usó la víctima para defenderse. La mujer era vecina de San Jerónimo de Naranjo y al salir de su casa le dijo a la madre que iba a hacer unos mandados.

Una hora después la llamó, preguntó por su hija de dos años y le dijo a su madre, Marta Salazar, que la cuidara mucho.

Fue la última vez que Jacqueline y su mamá hablaron, porque en la madrugada doña Marta recibió la noticia de que habían asesinado a su hija. Muchas veces ella le advirtió a Jacqueline que ese hombre no le convenía, máxime por la diferencia de edad, pero se veían a escondidas, narró la madre a Al Día, horas después del crimen.

La hija de Jacqueline quedó con los abuelos, un agricultor de 53 años y una ama de casa, de 46, vecinos de Naranjo. Segura quedó detenido tras recibir atención médica en el hospital de San Ramón y recientemente decidió acogerse a un proceso judicial abreviado. Luego quedó a la orden de Adaptación Social.