Marianela Porras, corresponsal GN y Rodolfo Martín
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Quepos, Puntarenas.- Una madre que estaba a punto de dar a luz, salía de una cita de control en el hospital Max Terán cuando, en las afueras de ese centro médico, fue interceptada por un conocido que se ofreció llevarla a la casa.

La señora, acompañada por su hijita de tres años, aceptó el ofrecimiento y subió al vehículo.

El sujeto, de apellido Zapata –presuntamente– la convidó a un jugo y eso, al parecer, fue lo último que supo antes de caer en un supuesto estado de inconsciencia para enterarse luego, al volver a la normalidad, de que el “pirata” habría ultrajado a su chiquita.

Así trascendió ayer durante el inicio del juicio donde se ventila este caso.

“No hay pruebas directas que vinculen a Zapata con el hecho”, manifestó Gloriana Valladares Navas, defensora del imputado, al tiempo que denunció que las investigaciones se manejaron de forma arbitraria.

Hazel Porras Fernández, la fiscal acusadora, detalló que los hechos ocurrieron el 18 de febrero del 2007 alrededor del mediodía, La niñita, de acuerdo con acción del Ministerio Público, habría sido ultrajada en un palmar cercano. La familia se enteró de lo sucedido al final de la tarde, cuando la madre llegó a la casa y le cambiaron el pañal a la niña. Ella, que hoy tiene seis años, declaró ayer de manera secreta, por lo que se desconoce si con su declaración se fortaleció o se debilitó la acusación de la Fiscalía.