Isaac Zúñiga Keith
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¿Hubo clásico ayer? Quizá usted diga que sí amigo lector, pero yo le agregaría: “qué partido más feo”.

Es claro que no estoy descubriendo el agua tibia o algo así por el estilo, ya que por tradición estos juegos suelen ser cerrados, la marca férrea y las fuertes entradas se imponen al buen fútbol, pero el de ayer en el estadio Rosabal Cordero se abusó.

Los jugadores de ambos equipos se tomaron muy a pecho que estamos en el Torneo de Invierno, porque el famoso “clásico” (le está quedando grande ese nombre ya), nunca calentó.

No sé si la lluvia que cayó previo al juego o el ver el estadio florense a medio llenar les mermó las ganas a los futbolistas de brindar un digno espectáculo, pero lo cierto del caso es que un mal sabor de boca quedó en el ambiente de ese gigantesco 0-0. Muchos dirán o pondrán como excusa que apenas es la jornada dos del campeonato, ¿y eso qué?

Ayer tanto morados como manudos se dedicaron a tratar de contrarrestar el juego de su rival, y se olvidaron de hacer su fútbol habitual.

La propuesta de Roy Myers y Óscar Ramírez distó mucho de lo que se esperaba y sus pupilos tampoco ayudaron mucho con la causa. Para colmo de males las tarjetas rojas de Víctor Cordero al minuto 32 y Wálter Centeno al 48’ terminaron de contribuir para que el partido no fuese bueno.

Tampoco hay que ser mezquino, y se debe alabar la buena aplicación táctica en defensa de los saprissistas, que con nueve hombres supieron aguantar, hicieron un gran despliegue físico, para sacar un resultado que les deja un buen sabor de boca por las circunstancias del mismo.

No fue así para el equipo rojinegro, que no pudo aprovechar esa ventaja numérica, pese a que el “Machillo” Ramírez lo intentó desde el banco con las variantes efectuadas, pero al final su plantel evidenció que le falta mucha madurez para manejar este tipo de situaciones.

El clásico 269 de la historia, fue uno más, y poco será lo que se pueda recordar.

Lo pensó y lo dijo

“Todo el mundo está en contra de nosotros, dos expulsiones drásticas... pero es parte del fútbol. Sabe bien el resultado”. Armando Alonso, volante de Saprissa.